26.5.07


Más campeones que nunca

El minuto fatal fue, en realidad, el anterior a que comenzara el partido. Un poco antes del pitazo inicial de Pompei, la Bruja en el calentamiento precompetitivo sintió un tirón en la pierna y no pudo jugar, con el brazalete de capitán salió Agustín Alayes y todos quedamos anonadados.

El equipo sin dudas recibió ese golpe, el Cholo también porque ni siquiera tuvo tiempo de reorganizar la estrategia de juego. Improvisó y mandó al Chicho Saucedo para que armara con el Chapu una barrera de dos cincos raspadores y metedores. Sin embargo el equipo salió adelante, con Sosita que se hizo cargo de llevar al equipo en los hombros, con Benítez que despertó de su largo letargo y le puso veneno de yarará a sus tiros libres, con el Tanque y su potencia recargada y con un Caldera más inteligente que nunca.

A los 20 minutos íbamos 2 a 0 y parecía un partido de otra campaña, los pinchas no estábamos acostumbrados a transitar con tanta comodidad por una cancha de fútbol. Se percibía un juego tranquilo, controlable, incluso podía llegar a ser una linda goleada. Pero de repente una ráfaga maldita de 15 minutos cayó sobre el Estadio Único y nos encontramos 3 a 2 abajo. El primer tiempo terminó así y había que remontarlo.

Fue un entretiempo difícil, cualquier cosa que comiéramos no nos pasaba por la garganta. Esperábamos, imaginábamos que el Cholo iba a hacer un lavado de cabezas poderoso, también suponíamos a Sebastián arengando, dando fuerzas, espíritu, en fin, la mística de siempre, la que caracteriza al equipo y sobre la que tanto escribí en este blog. Y así fue nomás: el Tanque a los 3 minutos de iniciar el segundo y Piatti a los 7 lo daban vuelta increiblemente. Era todo fiesta, todo bandera, todo grito y abrazos, como siempre sucede en las tribunas de ese estadio cuando juega Estudiantes. A ganar y aguantar porque faltaba mucho y Newell´s se nos venía. Pudimos aumentar a cinco, pero ellos tuvieron suerte y embocaron el cuarto. Y por más que pusimos los huevos que teníamos que poner, por más que demostramos un temple asombroso, emocionante, no se pudo. Empate, ya está. Partidazo, sin dudas.

Hasta ahí la crónica del partido, está de más hablar del arbitro porque estaría gastando tiempo y fuerzas en una personalidad mediocre. La idea es mirar hacia adelante, y escribo esto en caliente, una hora después de terminado el partido y sin saber que es lo que nos depararán los partidos de mañana. Todo puede suceder. Pero más allá de que San Lorenzo y Boca ganen, el objetivo que nos trazamos todos a principios de año no debe quedar de lado.

Mi planteo se justifica en dos razones y paso a argumentarlas. En primer lugar: cuando un equipo se propone pelear un campeonato debe planificar un programa, minucioso, detallado, y cumplirlo a rajatabla. El cumplimiento de ese plan es el camino que nos lleva al título, y es, precisamente, el que estamos transitando en estos momentos. El final nos puede conceder el festejo o no, pero nuestro deber es transitar el camino para el cual nos preparamos, mirando para adelante con fe y esperanza. Nos entrenamos para llegar a esta instancia y acá estamos. En este camino nos engrandecimos, nos prestigiamos, nos enriquecimos. No defraudamos a nadie, cumplimos, somos grandes de verdad.

El otro argumento es un poco más complejo. Todos los que somos hinchas de Estudiantes sabemos que nos sobrevuela una fuerza superior. El campeonato pasado se hizo presente, la sentimos, la tocamos y nuestra alma se estremeció. Sabemos que existe y que es una fuerza revolucionaria que todo lo puede. Todos nosotros, los que creemos en ella, sentimos que nos lleva adelante y que cuando nos toca nos transformamos en guerreros invencibles. Creemos en ella y ese es todo el secreto. Los otros se devanan los sesos intentando construir argumentos racionales. No existen, es la mística.

Es extraño terminar acá, porque el lenguaje se nos vuelve un recurso limitado, no hay palabras, no hay explicaciones. Queda la fe en carne viva, más encendida, el espíritu enorme, infinito. Somos campeones, más que nunca, y queremos repetir: vamos a repetir. Con el empate de hoy quedamos un poco más lejos, ¿o un poco más cerca? Cerca de las Puertas del bicampeonato. Como siempre.


21.5.07


Tu divina presencia

Lo polémico: un gol casi al final del partido, Ruben festejaba sin creerlo del todo. Benítez sólo atinaba a pedir off side y el línea nos salvaba levantando su banderín. Furchi compró y anuló el gol que fue legítimo. Una apreciación difícil, un error fino, finísimo, fue gol y hay que reconocerlo.

Antes: el equipo de la banda roja se había despertado, jugaba bien, como nunca, y nos arrinconaba contra Andújar que se levantaba como una titán invencible, como un coloso inexpugnable. Ellos iban e iban y el arco seguía en cero, inflanqueable. Como si una fuerza superior defiendiera nuestra propia valla.

La visagra: un tal Ortega, en la actitud más irresponsable que se pudo observar en este torneo, dejaba con diez a su equipo. Estudiantes, como un tiburón que huele sangre, se iba contra su presa para liquidarlo sin más. Nuestro equipo mostraba las mandíbulas intimidantes, para morder y descuartizar. Los guerreros se disponían para el golpe final, el equipo se dirigía hacia el frente; coraje puro.

Hablan: al pedo, por costumbre y ejerciendo un poder que nadie les dio. Habla la prensa, hablan los contrarios, critican, envidian, con rencor, saña y mala leche. Los cuervos aducen una suerte fuera de lo común, olvidando como llegaron a la punta del campeonato. Los bosteros con un ojo miope ven las injusticias en los otros y se olvidan cuando son a su favor, recordemos el gol que le anularon a Caldera cuando los enfrentamos en La Plata o los dos penales que les inventaron contra Racing, ni hablar de las infinitas decisiones que siempre se dirimen a su favor. Y de River qué decir, con un técnico que sólo sabe llorar como nena malcriada (casualmente señalé esto mismo cuando les ganamos 3 a 1 en el Apertura 06), con decisiones oficiales y de la AFA que siempre los benefician, con el estadio clausurado, luego habilitado y más tarde clausurado nuevamente. El reglamento manipulado, ayudando a los poderosos. También, en una cueva recóndita, escondidos como comadrejas, están los triperos con su resentimiento; construyen los argumentos más inverosímiles que rozan lo delirante: que Verón le pagó a la mafia internacional, que el club maneja al Grupo Clarín, que dominan a Grondona, y hasta una maldición de una bruja desde la época de Dardo Rocha. Sin palabras.

El Cholo salió del vestuario que era todo fiesta, encaró a los periodistas y declaró: "La vieja mística de Estudiantes de La Plata se hizo presente". Una presencia arraigada, enquistada en el espíritu del club. Una presencia mágica que aparece, que resurge de las cenizas para poner las cosas en su justo orden, se impone la gloria real.

Un pase lateral a la Bruja, el comandante miró, eligió, y la tiró enroscada, envenenada justo a la cabeza del Lechuga. El goleador, que eligió el día justo para volver, la peinó al ángulo y dejó a Carrizo mirando la nada. Ezequiel Carlos Maggiolo fue el héroe que necesitamos ayer contra las gallinas, con huevos, con calidad, se adueñó del aura que sólo es propia de los elegidos pincharratas. Un delantero especial para todos nosotros y no es la primera vez que aparece en los post de Cerca de las Puertas; el gran compañero del Tecla Farías se cansó de meterla con la gloriosa rojiblanca, lo queremos y nos alegramos por esta vuelta.

El reloj pasaba y muchos festejaban a cuenta, el corcho del champagne ya estaba por salir disparado cuando el tiempo se detuvo. Pálidos, se atragantaron, no lo podían creer. Nosotros explotamos, euforia desbordante, gargantas enrojecidas, abrazos entre todos, fuera del lenguaje, casi inmortales. El resto dijo que tuvimos culo, nosotros estábamos convencidos de que hay una magia, que no se agota y se renueva cada vez con más fuerzas. La sentimos nosotros y somos gigantes, la sienten los otros y se cagan de miedo. La magia es nuestra, la mística se hizo presente, como lo entendió el Cholo. Esa vieja mística, la de Zubeldía, la del Narigón, la del Tata Brown inflando la red para ser campeones en el 82. Una presencia mágica, una presencia divina.

13.5.07


Vale oro

Podría haber empezado este post con la bronca que me quedó cuando Beligoy dió el pitazo final ayer contra Vélez. Enseguida pensé en volcar mi malhumor en la escritura, recriminarle al Chapu esas dos amarillas inútiles por las que tuvimos que jugar con diez en el último cuarto de hora, en apuntar contra el Tanque por tener la pólvora mojada, o en un tirón de orejas para Caldera y todo el equipo por dejar pasar esta oportunidad. Pensé en tomar esa actitud, creí que era una forma de descargar mis malas ondas y sentirme mejor. Pero no me pareció justo.

Habría sido una actitud injusta y voy a justificar por qué. Intentemos reconstruir lógicamente el acontecimiento de ayer. En primer lugar habría que señalar la excelente noche que tuvo el arquero Peratta; cuando lo echaron a Sessa y supe que lo reemplazaría el suplente, no me alegré, más bien me preocupé porque sabía que era muy superior al titular, y ayer quedó demostrado. Luego, Vélez es un equipo que está remontando un juego que supo ser muy vistoso y eficiente, llegó a los octavos de final de la Libertadores y se fue eliminado en un partido peleadísimo con Boca en donde los bosteros se fueron con el culo lleno de dudas y miedos. Quien haya contado con los tres puntos de antemano es alguien que de esto entiende poco y nada, el de ayer era uno de los partidos más difíciles que nos quedaban hasta el final del campeonato. Tampoco hay que olvidar que se jugó un rato considerable con uno menos y el resultado podría haber sido una derrota, tranquilamente. Por último: la actuación del árbitro fue lamentable, como nos tienen acostumbrados en los torneos de AFA. En esta oportunidad pasó algo parecido a lo sucedido hace exactamente una ronda, contra Chicago se protestó por una supuesta permisividad a Verón y en la fecha siguiente el castigo se vino con todo; esta vez Beligoy no vio un penal que a Boca y a River se lo cobraban con la sirena de los bomberos.

Por todo esto quiero decir que el punto conseguido vale, y mucho. Vale porque suma, obvio, pero también porque es el testimonio de una batalla que empezó hace catorce fechas. Todos sabíamos que este campeonato iba a ser muy chivo, aún más que el anterior. Sabíamos que había que matar o morir, y sabíamos que si llegábamos con posibilidades a las últimas cinco fechas sería un enorme logro alcanzado.Y todavía vivimos, se llegó. Ahora tenemos que sumar un poroto, y no pensar en que se perdieron dos. El razonamiento posible está al alcance de la mano: pensemos que hace dos fechas estábamos a seis puntos de San Lorenzo y ahora estamos a tres, les descontamos una cantidad considerable. El reciente empate entre el Ciclón y River hace que el valor del punto de ayer se redoble. Veremos como sale Boca contra Arsenal, pero no la tiene para nada fácil. Todos los equipos que estamos peleando la punta la tenemos complicada, no somos solamente nosotros, hay que ganar o ganar, pero a veces no se puede, definitivamente no se puede. La racha de diez partidos ganados consecutivamente fue algo muy excepcional, no es algo de todos los días, sin embargo hasta ayer veníamos con los mismos puntos que teníamos a esta altura en el torneo pasado, una performance gigante.

De todos modos, hay algo que no puede dejar de señalarse. El equipo mermó, no es la misma aplanadora que era en el Apertura 06. El partido de ayer se ganaba, sí o sí, con juego, con huevos, no se con qué, pero nos traíamos el triunfo. Al Chapu hay que aplaudirlo por su entrega, es un verdadero ídolo pincharrata, deja todo y más, tiene un corazón enorme, pero ayer se mandó un cagadón marca cañón. Dos patadas sin sentido, casi como sin querer, que nos dejaron con diez a las puertas del empate que indefectiblemente llegó unos minutos después. La Bruja luego del partido contra Chicago dijo, en unas declaraciones que armaron revuelo, que teníamos que dejar de desperdiciar situaciones de gol porque se termina pagando caro, dicho y hecho, el costo lo afrontamos ahora. Caldera, Tanque, a despertarse por favor, y repito el por favor porque a ustedes no se les puede exigir nada más, dieron todo pero ahora los necesitamos como nunca. Benítez, querido, date cuenta de que tenés puesta la camiseta del campeón, que el Cholo te dio la posibilidad de jugar en el puesto de Piatti, nada menos, y vos andás como jugando un picado en una canchita de fútbol cinco.

Si de elogiar se trata empiezo por Sebastián, impecable como siempre. En este blog ya se lo aclamó bastante, el adjetivo que se ganó tras esta fecha es el de determinante. Manda el equipo para adelante ordenadamente, juega fino y tiene el toque sutil para dejar servido a los delanteros el remate potente que ayer sólo supo aprovechar Lugüercio; me pregunto ¿todavía a alguien le quedan dudas de que merece el lugar de líder de la selección nacional? Habíamos hablado del Payaso, el post anterior fue para él y no me hizo quedar mal, asciende al top de goleadores pinchas con seis y va por más, ojo. Andújar se ataja todo y ahora vamos por la mitad del pase que todavía no era nuestra, muy sabia decisión, ahí está la mano del Cholo y se nota, que no nos pase lo mismo que con Galván.

Quiero mechar una idea, algo que no tiene que ver con este campeonato pero sí con un futuro muy próximo, las incorporaciones. El Guly, bueno, esperemos que se adapte naturalmente o si no se adapta que se vaya, pero tratemos de desdramatizar la cosa, a esta altura no nos conviene el conflicto interno. Ahora: se habla de Recoba, del Rolfi, ¿la verdad? ninguno de los dos me convence, ojalá me equivoque. Yo quisiera ver de nuevo al Tecla, a Galetti, a Scaloni, y por qué no a Galván. Estos ya demostraron lo que son con la albirroja, en cambio lo otros son pases muy caros (es cierto, los que yo nombré también lo son) y que no garantizan que vayan a sentirse identificados con la camiseta de un club con una identidad muy especial.

Pero bien, dejemos esas conjeturas para más adelante. Hay que concentrarse en este campeonato que tiene un final apasionante. Ayer sumamos un punto de oro en vistas a la definición. Luego del empate de San Lorenzo con River su valor se redobla. Perdemos al Chapu, un soldado fundamental, pero tenemos la posibilidad de sacar a la cancha al Chicho Saucedo o a Colace (personalmente me inclinaría por el primero). Me gustarían más chances de juego para el Plumero y para el Payaso, creo que son el desequilibrio que nos está haciendo falta. Bien, River nos espera, tenemos que apoyar con todo al equipo en el Monumental. Tenemos que aguantar y tenemos que sufrir, y con la fe intacta como siempre. Cerca, todavía cerca de las puertas del bicampeonato.

5.5.07


Nace un ídolo

De cuna pincharrata. Amigo y socio del Tanque desde siempre. Conoce el country como pocos porque allí vivió, concentró, se ilusionó, hinchó las pelotas con sus compañeros; y esperó su oportunidad. De allí se fue a Perú y volvió para convertirse en el jugador que es. Hablamos de Pablo Lugüercio, el Payaso, implacable, matador.

Cada vez que entra algo hace. Es importante, juega y mete. Recuerdo cuando Bilardo confió en él y cumplió embocándole dos a Boca. El cuarto gol a Sporting Cristal en una epopeya que forma parte de los libros de historia, uno a la Tripa en el famoso 7 a O, clave en el clásico reciente y en este campeonato dos dobletes: uno a Central y otro ayer contra Chicago. Un jugador fundamental, sin dudas.

Tenerlo en el banco parece un despropósito, alguien con estas características sería titular indiscutido en muchísimos equipos, pero en el Pincha hace banco junto con el Lechuga Maggiolo, otro que nos dio muchas alegrías. Pero los titulares son Caldera y Pavone, y contra eso no hay mucho que se pueda hacer. Sirve como relevo; en momentos como estos, definitorios en el campeonato, tener variantes de este tipo hace la diferencia con el resto de los equipos. Boca tiene un dream team, pero juega copa y campeonato con los mismos once; San Lorenzo le pone una vela a cada santo para que no se lesionen sus jugadores y medio equipo está entre algodones. River, condenado al ostracismo: recientemente su técnico lo calificó como "discreto", lo que equivale a decir amargo, mediocre, fracasado. Todos estos gastaron fortunas en armar su plantel y no tienen el recambio que tenemos nosotros. Punto importante; el Cholo lo sabe bien y lo señala cada vez que puede.

Sabemos que nuestro banco de suplentes es un punto fuerte, que en la semana los jugadores compiten lealmente para conseguir un lugar entre los titulares y salen a la cancha los mejores. Queda claro quienes son los de siempre y quienes los que entran cada tanto. El Payaso por ahora pertenece al segundo grupo. La hinchada se encarga de aclamar en todos los partidos, de local y de visitante, a sus jugadores idolatrados y todos sabemos quienes son, pero últimamente surge con más fuerza, el nombre de Lugüercio, lo coreamos con ganas, y está bien.

Bien, permítanme mi opinión: el Payaso no está para robarle el puesto a Caldera ni al Tanque, pase lo que pase; repito: pase lo que pase. Por lo menos en este campeonato. Y aquí otro concepto, a Pavone lo vendemos con seguridad cuando termine el Clausura 07 y como siempre empiezan a aparecer nombres para reemplzarlo: Bergessio, el Pipita Higuaín, Galetti, el Tecla. Antes que todo aclaro que son jugadores que me encantan, prefiero -como todos- a los que vistieron la camiseta rojiblanca, siendo que mi debilidad claramente es el gran Ernesto Farías. Pero después de lo de ayer y de lo que vino haciendo hasta ahora el Payaso, considero que debería estar primero en la lista para ocupar el lugar que va a quedar vacante en la temible delantera pincharrata. Idolo, con todas las letras, se lo ganó a fuerza de goles y juego, ¿qué estamos esperando para darle el lugar que se merece?, ¿que se vaya a romperla a otro equipo

Una posdata: se corre la bola que el Guly va a venir como ayudante del Cholo. Entiendo que el técnico tiene el derecho a elegir a los colaboradores que le convenga, pero ¿justo a éste?