25.2.07


Lo imprevisto

Los grandes equipos suman lo positivo en todas las situaciones. Aún en donde la mala suerte es tan evidente y parece que sólo hay lugar para la bronca sin límites, tenemos la posibilidad de refor-zar nuestro espíritu sacando provecho de la experiencia vivida. Está bien, expulsemos ese sentimiento que nos provoca la injusticia del resultado contra Colón. Las seis pelotas en los palos parecen ser un karma que nos vuelve triplicado por las dos que tuvimos a nuestro favor contra Gimnasia de Jujuy. Recuerdo que algo similar nos había ocurrido en el campeonato pasado contra Chicago: ese día habían quedado dudas de si Verón se merecía la roja y en el posterior partido contra Vélez lo echaron y por si fuera poco también a Pavone.

Llovió mucho el viernes en el Estadio Único y fue un partido que merecimos ganar claramente. Fue el mejor de los tres y sin embargo no nos llevamos los tres puntos. Falcioni declaró: "el campeonato pasado este tipo de partidos los perdíamos por goleada". Nosotros los ganábamos. No pudo ser y no hay que lamentarse. Como decía: siempre tenemos cosas por rescatar y estamos a tiempo de aplicarlas en el torneo para poder acceder al bi. El dato interesante es que seguimos con la racha de invictos que se extiende a dieciséis partidos seguidos. Lo otro, como sabemos, es que nuestros artilleros siguen vigentes: Caldera y Pavone tienen el hambre intacto. El equipo mejoró muchísimo; la hinchada, fiesta loca bajo la lluvia. Fue mala leche, nada más. Contra Belgrano vamos a tener la posibilidad de recuperar puntos perdidos, tranquilos.

Lo central del argumento que quiero compartir con ustedes es lo siguiente. El punto del viernes nos sirve de mucho si podemos aprehender una lección importantísima. Es posible planificar hasta lo más ínfimo, podemos practicar el plan y ejecutarlo a la perfección. Pero siempre hay contingencias, imprevistos que se filtran y pueden voltear la estructura que armamos. ¿Quién podía prever que íbamos a estrellar seis tiros en los palos? Es impensable. La lección que tenemos que llevarnos para reflexionar durante la semana es que hay que tener la capacidad y la flexibilidad para modificar sobre la marcha lo que tenemos programado. Los planes no son estructuras rígidas, sino moldeables a nuestra conveniencia. No hay contradicción, no quiero borrar con el codo lo que escribí con la mano; soy consciente de que insistí en la necesidad de un programa riguroso, pero a ello hay que agregarle la sutileza, la sorpresa, la brillantez, la capacidad de cambio instantáneo.

La mentalidad fuerte, firme, con el objetivo claro; y el cuerpo duro, rígido para el combate, trabajado en el ejercicio de la disciplina. Pero también la liviandad necesaria para el vuelo, para sacar de la galera la magia para superar esos problemas que se nos vienen encima y no los teníamos en los papeles. Pasó esto y puede pasar mucho más, hay que estar preparados.

Al Cholo como conductor del grupo le cabe una responsabilidad mayor. Es un tipo inteligente, vivo; lo demostró en el campeonato pasado con sus lecturas acertadas de los distintos partidos, con los cambios repentinos de táctica. Bilardo decía que el jugador de fútbol debía estar preparado para jugar en cualquier puesto y ante cualquier situación. El técnico eso lo sabe y también sabe que tiene un equipazo. Hay un recambio de una gran riqueza para dar vuelta partidos, se puede jugar con distintos esquemas dentro del mismo juego. Lo que debe quedar claro para todos, y esto el Cholo lo maneja, es que una situación como la del viernes no te puede tirar abajo todo lo que venís trabajando desde principios de año.

Hay que reinventarse, renacer con un ánimo renovado. Vamos a enfrentar a Belgrano como un ejército aguerrido pero con la suavidad necesaria para atravesarlo todo. Cuando se nos cierran con dos líneas de cuatro en el fondo como lo vienen haciendo todos los equipos hasta ahora, tenemos que seguir el ejemplo del agua cuando horada la piedra. La lluvia del viernes fue un signo, apareció para señalarnos que nuestro espíritu también tiene que ser blando para superar los imprevistos, porque si no, ante un golpe nos quebramos en mil pedazos.

La noche y el día, la luna y el sol, el ying y el yang en un espíritu rojo y blanco que busca el bi.

21.2.07

Enfoques

Visto el panorama desde una óptica cenital, como si tuviéramos una de esas cámaras que utilizan los directores de cine para mostrar toda la escena desde arriba, la situación parece estable. Ya pasaron varios días del partido con los jujeños en su propia casa, fueron noventa minutos muy sufridos en donde nuestro travesaño sacó una de las mejores calificaciones. Pasó cierto tiempo, ya muchos dieron sus apreciaciones. El Cholo, la Bruja, los bloggers pincharratas en general coincidieron en la importancia del punto que trajimos a La Plata, se anuncia que cuando no se puede ganar por lo menos no hay que perder. Que no siempre se puede jugar bien y que hay que pelar el oficio del campeón para aguantar y regular los partidos. Y sobre todo, se bancó la racha: llegamos a quince partidos invictos con trece ganados y sólo dos empates.

Escribía; pasado un tiempo la situación se nos presenta estable y eso no es poco. Hagamos foco en eso. Podríamos desesperarnos y visualizar lo apagados que estuvieron el Principito y el Chino, el director de la película podría caer en la desolación y ubicar su lente en la ceguera del Tanque o en el estatismo de Caldera. Los oportunistas que nunca faltan podrían poner en primer plano la suerte que tuvimos, la falta de juego colectivo y tantas otras cosas. Ya se dijo mucho y no hace falta redundar, esas son las ventajas de escribir en frío.

Los enfoques posibles son múltiples, se trata de decisiones acerca de cómo mirar el mundo. Es el poder para observar con nitidez un segmento posible en detrimento de otro. Un segmento que nos convenga, claro está, un segmento funcional a nuestro plan maestro.

La funcionalidad implicará necesariamente una mirada al pasado en donde podamos extraer conclusiones que sirvan: en dónde nos equivocamos, qué podemos mejorar, qué hay que cambiar, qué hay que reivindicar. No nos olvidemos, hay piezas importantes que siguen andando bien: el Chapu y Sebastián hicieron buen partido, no se cayeron.

Por un lado se dice que el campeón se vino abajo y por otro, zafamos un puntito. El equilibrio es estar parado sobre una línea recta y mirar hacia atrás y hacia adelante en una mirada abarcativa de ciento ochenta grados. Que la retrospectiva sea una lección para aprender a partir de la cual podamos ajustar los errores que fueron apareciendo en estas dos primeras fechas, y que la prospectiva sea un mapa de operaciones para seguir aplicando al pie de la letra la planificación ideada a principios de año.

Son decisiones, en definitiva es eso. Adoptar un enfoque por sobre otro. Decidir si vamos a permanecer estigmatizados por el pobre juego que hicimos el sábado o si emprendemos con todo, como lo hicimos en el glorioso campeonato pasado, un partido importantísimo como el que tenemos contra Colón el viernes. Y aquí, si me permiten, un paréntesis: nuevamente –sugestivamente- nos dejan sin la televisación; lo que estaba previsto como un partido a jugarse a las nueve de la noche por televisión abierta pasó a las siete codificado. Las conclusiones se las dejo a ustedes.

Pero escribía: con Colón nos jugamos tres puntos fundamentales. En principio porque la localía en el Único nos está haciendo inexpugnables (a nosotros, queda claro, los otros que juegan de locales ahí no tienen problema en perder en todos lados) y hay que ratificar esa condición que nos hace temibles. Luego porque un triunfo nos permitiría seguir en el pelotón de arriba junto a los que a priori podrían ser nuestros rivales en la consecución del bi. Y en cuanto a la planificación, desde un punto de vista estadístico, es importante no perder el promedio de puntos que hicimos el campeonato pasado. En comparación sacamos dos puntos menos, hay que ganar los que ganamos y tratar de recuperar puntos con los que empatamos. Tenemos una buena oportunidad contra Belgrano, Boca, Banfield y Central. Ahí tenemos que hacer la diferencia, pero de nada serviría ganar esos partidos si no ratificamos lo hecho anteriormente. Alguien dijo que lo difícil no es llegar sino quedarse. Y ojo, Colón creció muchísimo, es una medida exigente para saber en qué punto estamos, para saber si el plan marcha de acuerdo a lo pensado o si debemos hacer abruptos cambios.

Lo importante es que la Dimensión Pincha permanece estable, hubo turbulencias pero mantuvimos la nave firme; es el producto de una gran madurez del equipo y de la institución toda. Debemos tener la serenidad y el equilibrio para decidir por un enfoque justo, preciso y que sea funcional a nuestro plan. Hay cosas por mejorar y por cambiar, pero no hay que caer en alarmismos sin sentido. Tenemos razones para ser optimistas y seguramente las podremos ver en los siguientes partidos. Optimistas; críticos, moderados, pero optimistas.

14.2.07


Convencidos de lo que somos
Cualquier cosa podía pasar. Era seguro, pero sabemos que en fútbol lo seguro pende de un hilo. Atravesamos el primer tiempo con un surco de sudor frío que nos corría por la espalda, reconozcámoslo. A ver si estos que salieron últimos en el Apertura 06 nos vienen a sacar un empate a nosotros que fuimos los campeones, o peor aún, con un contraataque maligno se podían ir festejando un triunfo inmerecido. El que haya escuchado al Coco Capria agrandado porque venían de punto, seguramente se habrá dado cuenta del agrande de Quilmes antes de empezar el partido. Todos le quieren ganar al campeón.
Nada de esto pasó, los que festejamos fuimos nosotros y agregamos tres puntos más a nuestra espectacular cosecha de campaña. Sucedió la lógica: somos fuertes, somos contundentes, cuando apretamos el acelerador es difícil frenarnos. El lunes a Quilmes los medimos primero, luego los embocamos y al final los liquidamos. Y a otra cosa.
El paso siguiente es Gimnasia de Jujuy de visitantes. Va a ser duro, no como el primer partido. Ellos en su cancha son sólidos, te atacan y con el apoyo de su gente todavía más. Es interesante pensar la estrategia del Cholo y su equipo: el día a día no es una frase hecha; ya pasó Quilmes, los superamos en todos sentido, y ahora hay que poner las miras en el Lobo jujeño. Hasta ahí.
Prefigurar a los rivales de a uno los hace más vulnerables. Es detenerse un instante frente a ese escollo y concluir en que se les puede ganar, y al final se les gana. Así logramos los diez partidos al hilo el año pasado, así le sacamos del bolsillo el campeonato a Boca. Es una fuerte convicción sobre lo que es el equipo, y eso genera temor en los rivales.
Creo que ese es el plus que nos da la experiencia de campeón. Antes, lo común era que si hacíamos un partidazo contra Vélez, luego hacíamos otro mediocre contra Argentinos y nos terminábamos perdiendo en la intrascendencia. Ahora los pasos son seguros, contundentes; se avanza en función de un objetivo, con un programa de acción, a partir de una minuciosa y cuidada planificación deportiva. Como decía, todo esto genera una reacción en los demás equipos: los más chicos se terminan apichonando como le pasó a Quilmes, y los más grandes operan para ningunear al campeón.
El ninguneo ya está pasando de castaño oscuro. Más allá de las operaciones discursivas típicas de las corporaciones, aquellas que fueron señaladas en el post anterior, ahora se están metiendo en temas más delicados. El transfer para la habilitación de Sebastián Domínguez no llegó a tiempo y ahora parece que tampoco lo hará para la segunda fecha; me pregunto qué habría sucedido si esto le pasara a Boca y a River, con seguridad un escándalo nacional. Le pasa a Estudiantes y nadie se mosquea, ni la AFA ni la FIFA están haciendo mucho por encontrar una solución; los tránsfugas con los que se negoció parecen que se están vengando por una operación que no se pudo hacer y usan esto como extorsión.
Lo otro para decir es sobre la bronca que me dio que al gran campeón no lo televisaran, parece ser que estamos por fuera del negocio, que sólo valen Boca, River y sus millones. Ya sé que a esta altura es una verdad sabida y es ingenuo plantarse contra este tipo de situaciones. Pero desde el punto de vista deportivo Estudiantes demostró que es más que los dos grandes y merece un lugar. No es una cuestión económica, sino de respeto.
No queda otra que seguir avanzando, cumpliendo cada una de las fases del plan. Si no llega Domínguez, su lugar queda bien cubierto por Mosquera, aunque algunos medios le dieron duro, creo que da seguridad en la defensa. Por supuesto que prefiero al zaguero titular, pero hay que estar tranquilos por el gran recambio que tenemos. El resto del equipo está muy armado, el Chino nos está haciendo olvidar de Galván y el Chapu está cada día más enorme. Las grandes estrellas siguen resplandeciendo, la Brujita pensando y leyendo el partido en todo momento, Caldera eterno, vigente como siempre y mojando, que es lo más importante. El Tanque es un arma mortal, es el instrumento de intimidación para los rivales. El tipo es como un taladro, insiste hasta que al final deja el agujero hecho. El equipo todo sabe a que juega, está convencido de sí mismo, sabe cómo ganar y lo hace. Por ahora vamos bien.

10.2.07


El plan

Como decía la canción, volver a empezar. Ya pasaron casi dos meses desde que ganamos el campeonato. Ya pasaron los festejos, los banderazos, los amistosos, las caravanas a Córdoba y a Mar del Plata, la vuelta olímpica, la preparación, y ahora estamos esperando un nuevo campeonato.
Tan rápido pasó todo, casi no hubo tiempo para disfrutarlo que ya estamos a la expectativa de volver a jugar por los puntos. Con los candidatos de siempre, los poderosos y su marquesina. Passarella que no quiere el título de favorito, las encuestas que ponen a Boca y a River en las preferencias de la gente. Los grandes diarios que ilustran con las fotos de los clásicos cinco grandes, aunque no quede muy claro el por qué de su status.
El Pincha, el último campeón se ganó su lugar, no lo discutimos, se lo ganó a puño limpio. Pero más allá de ese notable hito, actualmente su nombre resuena como un recuerdo lejano, como un error del sistema que cada tanto sucede, como aquello que cambia para que nunca nada cambie. Esa es la idea que se intenta transmitir desde el mainstream. Y mejor así.
Los que somos de Estudiantes tenemos en claro que siempre vamos a ser un equipo humilde. Y esto no es reivindicar una retórica de la pobreza, sino una realidad. Nadie quiere el lugar del capanga ni del guacho pistola; peleamos y demostramos lo que tenemos que demostrar donde sea y con quien sea, pero hablar al pedo no es de pincha. Va a ser duro sacarnos el título, pero me parece bien que los jugadores declaren con un perfil bajísimo, aún más bajo que en el torneo anterior. El Cholo se hizo invisible y referentes como la Brujita y Caldera ponen paños fríos en todo momento. La gente festeja, nadie nos va a quitar ese derecho ni en cien millones de años, pero bien sabemos que no tiene sentido boquear.
Que se maten entre ellos y nosotros disimulados entre el pelotón intrascendente. Con la chapa de campeón y también con esos fantasmas que nos quieren adosar desde todos lados: se van a llenar de presiones, ya es un equipo conocido, no van a tener sorpresa, nos dicen. Y que digan.
Agazapados nuevamente, como el tigre ante su presa. Con un equipo afiladísimo que tuvo pocas bajas; dos, que las vamos a sentir. Galván y Ortiz fueron dos baluartes en el equipo anterior, creo que la del Tano fue una buena venta, pero con la Pantera se podría haber hecho un esfuerzo para retenerlo. Ya escribí sobre esto en un post anterior y considero que es tema superado. Llegaron tres refuerzos de calidad y me parece que van a reemplazar bien a los que se fueron, aunque el equipo va a cambiar.
Este es un tema importante: el equipo indefectiblemente cambia. Es imposible pensar en un esquema de fútbol como el que tuvimos el año pasado, más alla de que -descarto- los jugadores que siguen mantengan su nivel. Por un lado hay dos jugadores que se van y sus reemplazantes van a proponer un juego distinto. Es cierto que Domínguez juega parecido a Ortiz y se complementa tan bien con Alayes como lo hacía el otro zaguero, y que al parecer el uruguayo Vázquez tiene un estilo dinámico como el de Galván; son similares pero no son lo mismo. Y por otro lado hay un proceso que no se puede detener y es el empuje que vienen metiendo los pibes de las inferiores. Hace rato que no tenemos una cantera como la de ahora; ya no son promesas, son realidades que constituyen una alternativa real para el equipo.
De los juveniles que están surgiendo, sólo me voy a detener en tres: Saucedo, Piatti y Pirchio. El Chicho ya demostró que va a ser el sucesor del Chapu, ese es un puesto con mucho roce y con carga de amarillas y rojas, el Apertura 06 nos enseñó que hay que tener recambio en esa zona y el correntino es número puesto. El cordobés Piatti fue clave con ese golazo a Newell´s el año pasado y en este campeonato creo que va a demostrar mucho más, es muy parecido a Sosita y algunos periodistas ya están diciendo que es el nuevo Messi (mesura, por favor). Pirchio es un jugador que me encanta, lo ví en reserva y es imparable, hay que darle minutos en cancha y vamos a tener al reemplazante del Tanque, sólo pido paciencia y oportunidades para él, acuérdense de lo que eran Pavone y Palermo al principio. De Sarmiento prefiero no hablar, es muy pibe y lo mejor es que todavía se siga divirtiendo con la pelota, más adelante veremos.
El cambio es irrefrenable. El tiempo es un proceso de cambios e ignorarlo o luchar contra eso nos va a implicar problemas. Aceptémoslo, movámonos con él y algo va a ocurrir, seguro. Sólo necesitamos paciencia y orden.
Orden fue lo que tuvimos el campeonato pasado y es algo que hay que reconocerle al cuerpo técnico y a la dirigencia. En el primer post del año escribía sobre la necesidad de armar una planificación minuciosa de toda la fase de trabajo. Un plan pensado en cada uno de sus detalles, con las funciones precisadas para cada una de sus partes. Un plan para ser ejecutado con el menor margen de error. Crecer, progresar, es ajustar el error. Mejorar lo hecho es muy difícil, el plan es exigente: exigámonos.
Decía: cada una de las partes cumpliendo su parte. Todos nosotros haciendo lo que nos toca hacer. Ya es conocida la metáfora del equipo como una mesa de cuatro patas . Cada uno atento en su tarea, dirigentes, equipo, cuerpo técnico e hinchada. Y lo que me toca a mí es retomar el blog. Con el eje en Estudiantes y su mundo, me propongo postear por lo menos una vez por semana para compartir mis opiniones, esperando que me acompañen los compañeros que estuvieron hasta ahora. Luego, si se me da la gana y sin atarme a ningún corset editorial, poner alguna cosa interesante, como vino siendo.
El lunes jugamos contra Quilmes y ojalá ganemos, es importantísimo, es el primer paso de este plan. Cualquiera sea el resultado, amigos, los invito nuevamente a estar cerca de las puertas.