23.6.06

Pelé vs. el Diego, mirada italiana


“Edson Arantes do Nascimento, Pelé, siempre anda de corbata, lleva de la mano a Claudia Schiffer, habla más de un idioma y frecuenta los salones importantes. La FIFA es como su casa y se hace ver siempre al lado de personas que cuentan. Concede muchísimas entrevistas, la mayor parte de las veces banales. El mejor chiste lo ha hecho sobre Ronaldinho: ‘Es más grande que yo. Cuatro centímetros’. Diego Armando Maradona no respeta ningún tipo de etiqueta, viaja en tribu (su tribu), baila, canta y habla sólo porque no se puede morder la lengua. ‘No me interesaba la ceremonia inaugural. No vine para ver a Beckenbauer y Pelé, estoy aquí por los partidos’, dijo. La historia y la filosofía del fútbol son ellos dos. De la A a la Z, y nadie podrá decidir entre los dos grandes talentos del siglo veinte. Los dos tienen su estilo particular y continúan siendo fieles a ellos mismos y a la memoria que de ellos se tiene. Maradona, por ejemplo, se ha hecho parar por la policía porque transportaba a su familia a 120 kilómetros por hora en un lugar donde sólo se permitía una velocidad de 80 kilómetros. A Pelé, en cambio, no se le conocen transgresiones, siempre elegante, siempre políticamente correcto. En los estadios no se nota su presencia y de Brasil ha estado siempre lejos. Diego vive en la Argentina, para la Argentina. Saluda al equipo en los vestuarios, viste la camiseta de la Selección y canta como un hincha porque en el fondo vino a eso, a ser hincha. Es bello verlo al lado de Claudia y de Gianinna. Cuando la muchacha abraza a papá en los goles da mucha ternura. Pelé, visto de lejos, parece enorme. Pero más solo” (fragmento de una nota publicada por el diario italiano La Repubblica, con la firma de E. G.)

10.6.06

Nunca he contado los segundos interminables de la larga carrera del Burru con la pelota al pie, pero todo cabe en esa agonía. Si Diego contra los ingleses hizo ese mismo camino y mucho más largo y acompañado/acosado por camisetas blancas con todos los números, era Diego. Fue y lo inventó, lo hizo cagándose en todo. Pero Burruchaga no, Burru soy yo, es cualquiera de nosotros. Por eso necesito a Peter Handke a mi lado para que acompañe la vacilación alemana del pobre Schumacher entre salir o no, porque yo y otros millones nos concentramos en Burruchaga que va (vamos) corriendo con el último defensor, ese Briegel, muy atrás, pero con la marca del miedo en los talones. Y corre con la pelota al pie.Toda una vida está jugada ahí: Burruchaga tiene (demasiado) tiempo para pensar; sabe, siente que le ha tocado a él, que no habrá otra, que todo tendrá sentido o dejará de tenerlo en unos pasos más. Es jugarse la vida a un toque contra el miedo. Y Burruchaga sigue, ni mira a los costados –después verá, por la tele, que Valdano se mostraba solo a su izquierda, que Briegel le olía ya la nuca, que la araña del Azteca también lo perseguía...– y demora, demora hasta el final cuando sale Schumacher y entonces sí –leve, definitivamente– con seguro miedo, con respeto al pánico, con la punta del pie y del alma, la toca. La pelota pasa por debajo de la panza de la muerte.Y es gol.
(Extraído de La patria transpirada.)

9.6.06

Entrevista a CHUCK PALAHNIUK, autor de EL CLUB DE LA PELEA. "Una buena historia debe hacerte reir, provocarte náuseas, y después, romperte el corazón".

El rostro de Chuck Palahniuk refleja con exactitud el tipo de vida que el autor de El club de la pelea y Diario ha escogido. La textura de su piel revela que el escritor ha invertido en humectantes y tratamientos faciales, pero sus facciones permanecen duras y prematuras arrugas dan cuenta de una juventud vivida a pleno. El mismo ha confesado que sus técnicas de investigación tienen algo de suicida.El más notorio residente de Portland, Oregon, es el hombre que convirtió a Bret Easton Ellis en intrascendente. Su insolente pluma no se amilana a la hora de describir destripamientos (Haunted) o accidentes aéreos desde el punto de vista del pasajero (Sobreviviente). El contexto justifica sus excesos: sus personajes pueden aparecer exagerados, pero a la larga su propósito es tan ordinario como conectar con otro ser humano. Para algunos, la alienación de la vida moderna sólo permite alcanzar semejante objetivo a través de grupos de apoyo para enfermedades que no padecen o golpeando a alguien hasta ver hueso.Palahniuk pasó de figura de culto a ser parte de la cultura pop debido a la adaptación cinematográfica de su libro El club de la pelea. Gracias a resueltas actuaciones de Brad Pitt y Edward Norton y la dirección de David Fincher ("Seven"), la historia del grupo de sujetos tratando de reconectar con su masculinidad y degenerando en células terroristas, hizo pública esta nueva sensibilidad, con suficiente material para saciar al nuevo séquito que la película despertó.Quien asista a una lectura de Palahniuk descubrirá que el autor no es sólo pose. Con tal de entretener y divertirse él mismo, Palahniuk es conocido por arrojar bombas fétidas a su audiencia y responder cartas de sus fans con pequeñas encomiendas. El escritor sencillamente no responde a la imagen del versado y fatuo representante de la literatura contemporánea norteamericana.Nos encontramos en Vancouver, a donde viajó para juntarse por primera vez con uno de sus autores preferidos, Douglas Coupland (Generación X), en vísperas del lanzamiento del último libro del canadiense. Palahniuk trabaja el estereotipo: bebe café negro, sin azúcar, y te perfora con una mirada inquisitiva y afable a la vez.

- ¿Alguna vez has tenido resquemores a la hora de asistir, por ejemplo, a una sesión de sexalcohólicos anónimos cuando estás investigando para un libro?-
He sido bendecido con una impulsividad inconsciente. Si alguna vez no me siento cómodo, invito a un amigo, como cuando fui al Festival Testicular. Es también una manera de mantener mis amistades.

- ¿Qué le da valía a una historia para convertirse en parte de tus libros?
- Un profesor me enseñó que una buena historia debe hacerte reír, provocarte náuseas y, al final, romperte el corazón. Descubrí que estos relatos no son fáciles de contar para quienes los viven. Muchos de mis lectores vienen a mí porque confían en que yo no los juzgaré. Si es un recuerdo muy doloroso, y yo me puedo reir de él, quien me lo está contando se sentirá mas cómodo y será capaz de repetirlo un poco mejor la próxima vez.

REPORTERODEL CRIMEN.El autor se graduó en 1986 de periodista en la Universidad de Oregon, aspecto que se traduce en la casi naturalista atención al detalle de sus obras. Un hecho de sangre, a su vez, teñiría sus textos de romanticismo y muerte: su padre conoció a una mujer a través de un aviso clasificado. El ex marido de ésta, un neonazi, la había amenazado de muerte si alguna vez la encontraba con otro hombre. Como era de predecir, la mujer y el señor Palahniuk serían asesinados por el sujeto. Eros y Tánatos en estado puro.Palahniuk reveló su homosexualidad hace dos años en una entrevista con "Rolling Stone". No porque fuera un misterio, sino porque nadie le había preguntado antes. El autor ha mantenido una relación estable por once años, probablemente el aspecto más impensado de su personalidad, juzgándolo sólo por sus escritos.

- ¿Dirías que ser feliz sería contraproducente para tu trabajo?
- Absolutamente. Uno escribe para capturar esa parte de la propia existencia que no ha sido asimilada y la disectas hasta que no esté más ahí. Para tener material, tú tienes que perseguir la miseria y este tipo de experiencias.

- Pero hay algo inherentemente perverso al buscar la infelicidad.
- Depende. Si lo enfrentas como un juego, con reglas temporales, tú todavía puedes divertirte. Cuando termino un libro, habré detallado todos mis sentimientos acerca del asunto que me aproblema y ha dejado de ser un tema de preocupación. Algunas veces es incluso un evento material: hace varios años tuve una vecina que tocaba la radio increíblemente fuerte y música que yo detestaba. Discutíamos seguido, llevamos el tema a la municipalidad, y nunca pudimos resolverlo. Por ese entonces escribí Nana, que era sobre un arrullo asesino. De vuelta de una gira para promocionar el libro, mi vecina se había mudado. En medio de la noche. Después de 15 años. Sin una palabra de advertencia a nadie.

- ¿Cuál es la más errónea interpretación de tu trabajo?
- Que mis libros son nihilistas. O que sólo escribo para choquear a mis lectores. Si hay un elemento común en mis novelas, es que en el fondo son romances. Todas giran en torno a un individuo enajenado que se identifica a sí mismo como antisocial. En cada uno de mis libros, el sujeto crea las circunstancias que le permiten volver a insertarse en la comunidad, normalmente de la mano de una pareja.

Los libros de Chuck Palahniuk están plagados de guiños, ya sea a sí mismo (las palabras "liebrecilla azul" y el nombre Gwen aparecen en cada uno de sus libros) o a sus autores favoritos. "La trivia establece la autoridad del narrador. La gran mentira en cada una de mis historias se construye sobre un montón de pequeñas verdades, de modo que, cuando le revele al lector la gran mentira- como que Tyler Durden es una persona y no parte del inconsciente del protagonista- , éste se la tragará sin cuestionarla".Lo extravagante de su prosa se traduce también a sus técnicas a la hora de sentarse a escribir. "Me gusta ponerme en situaciones en las que estoy atrapado sin nada que hacer, como una lavandería o el taller donde están arreglando mi auto. Viajes largos en auto son perfectos, porque tu cerebro comienza a sonar despierto. Siempre traigo un laptop conmigo... ¡El baño! Escribo toneladas cuando estoy tomando una ducha".- Eso no lo creo.- Hey, Stephen King escribe en el baño. ¡Catherine Dunn escribe en la piscina! Hay algo en el agua que facilita el fluir de las ideas.

- Los derechos de "Sobreviviente", donde el protagonista secuestra un avión, fueron adquiridos por Fox, pero la idea fue abandonada luego del ataque al World Trade Center. ¿Hiciste tú la misma conexión?
- No, para nada. Más cercano a la realidad me pareció El club de la pelea. Quedé realmente choqueado por el final de la película. Se parece tanto a lo que sucedió el once de septiembre, es difícil para mí siquiera verlo. Sobreviviente fue recientemente adquirido por el equipo que hizo la película "Constantine", así que todavía hay esperanza.

- ¿Crees que "El club de la pelea" podría convertirse en película hoy?-
De ninguna manera. No creo siquiera que pudiera escribir la misma novela hoy. No es que me sienta responsable por los verdaderos clubes de pelea que la historia originó. Hasta el día de hoy, sigo recibiendo cartas de gente que jura que eran parte de clubes de pelea sesenta años atrás, durante la Segunda Guerra Mundial. Esa es mi coartada: lo que sea que pueda concebir, probablemente ha habido 10 mil otros que ya pensaron lo mismo.

- ¿Qué es lo que más te molesta de los medios?
- Nunca me ha gustado dar opiniones o hacer evaluaciones morales, pero el nuevo periodismo me fastidia. Murió con Hunter S. Thompson. Hay más cronistas interesados en sus propias reacciones que en lo que están reporteando. El verdadero monstruo de nuestra era es la destrucción de la credibilidad. Internet nos convirtió a todos en fuentes de noticias y hay tantas perspectivas que se presentan a sí mismas como hechos, que por eso mismo ya no hay una única verdad. Es una situación realmente atemorizante.

La próxima novela de Palahniuk podría ser catalogada como de ciencia ficción, aunque desde cierto ángulo, casi todos sus libros lo son. Al mismo tiempo, el autor espera debutar como dramaturgo este año. De todos sus textos cuyos derechos han sido adquiridos por Hollywood, el que tiene la mejor chance de transformarse en película en el corto plazo es Asfixia. El protagonista podría ser Heath Ledger ("Secreto en la montaña").

- ¿Cuál es tu lema, Chuck?
- Hazlo ahora, discúlpate después.

PARA ESTÓMAGOS FIRMES. Dos nuevos libros de Chuck Palahniuk están por ser publicados en español. En Haunted, un grupo de escritores participan en un retiro que, según su anfitrión, los convertirá en acabados autores. Desafortunadamente para ellos, el retiro consiste en encerrarlos en un teatro abandonado. Sin comunicación, electricidad, comida y agua, los invitados producirán el mejor trabajo de su vida, lo que no significa que alguien llegará a verlo.Stranger than Fiction reúne ensayos y crónicas periodísticas tan variadas como la lucha libre o un día en la vida de un perro callejero. También hay retratos de gente cuya sensibilidad es similar a la de Palahniuk, como Marilyn Manson o Amy Hempel (su mayor influencia literaria). Por último, indaga en los rincones más inaccesibles de su alma y revela viñetas de su vida, incluyendo el asesinato de su padre a manos de un supremacista blanco.

Por Jorge Ignacio Castillo.Fuente: Diario "El Mercurio"Más información: www.diarioelmercurio.com

2.6.06

Distinguir. Por Fogg

"La reconcha de tu hermana", me dijo el patovica de la disco cuando quise treparme por una de sus paredes. Luego me golpeó en el abdomen y me pateó la cara fuertemente. Ahí quedé, sangrando y casi sin conocimiento. Fueron tres horas de ensoñación y dolor. Soñaba con el poder de dominar los aires, yo caminaba por encima de los rayos pudiendo soportar altísimas temperaturas. Después, creía que podía dominar el lenguaje animal, me comunicaba con especial cariño con una abeja que me daba de su miel para alimentarme. Todo eso duró, si puede pensarse en la idea de tiempo, hasta que me desperté en una sala médica de un hospital. Unos ojos enormes y feos que me observaban fue lo primero que ví al despertar. Era un médico que me tocaba y me hablaba aunque yo no supiera como entenderlo. Había perdido el habla, me había vuelto mudo hasta tal punto que no podía expresar el fuerte dolor que sentía cuando el médico me apretaba las costillas.

Desesperado sin mi lenguaje pensé en algunas formas de escaparme. Miré puertas y ventanas y todos los accesos se presentaban inflanqueables. Pensé en maneras de pedir un calmante aunque parecía que médico y enfermera jamás llegarían a comprender mi pedido. Casi sin fuerzas y movilizado por el dolor que partía de mi coxis hasta llegar al nervio ciático, me abalancé sobre la enfermera y la tomé del cuello para intentar inmovilizarla. Gritos agudos, miedo, y mi panorama visual que trataba de encontrar alguna salida de ese inhóspito espacio. Pensé que sería una situación de sencilla resolución, pero a continuación llegaron unos efectivos de seguridad que me redujeron con éxito en unos quince segundos. El médico dio una orden que no llegué a entender y desperté en una celda.

No sabía si era pleno invierno pero el frío me hacía temblar hasta lastimarme las muelas. Con el movimiento tieso de mi cuerpo, el dolor de mis costillas volvió mas intenso hasta reducir considerablemente mi capacidad visual. No sólo había perdido la disposición para distinguir límites y contornos, sino también parecían haberse borrado una cantidad significativa de los colores del espectro. El marrón, el violeta, negro, un gris tal vez, pero no mucho más había en las formas que se presentaban ante mi. Ante esa situación comprobé que podía aumentar mi desesperación, aunque no sabía que eso era posible. Mi primer entendimiento en mucho tiempo fue el saber que era posible permanecer damnificado más allá de los límites tolerables por lo físico y lo psíquico.

Un fuerte golpe de sonido a metal chocando interrumpió ese tortuoso pensamiento, y al levantar mi cabeza creí distinguir en una forma velada a la figura de un hombre. Cuando comencé a esperanzarme con la comunicación, una sensación como de trescientas agujas que pinchaban mi piel me inmovilizó. Era agua helada que el hombre me arrojó, y a continuación: "levantate hijo de puta", me dijo. Me pateó en el hombro y el dolor no me hizo desmayar pese a que era lo que más deseaba en ese momento. El sabía que yo no podría levantarme y sin embargo repitió su patada y otra vez exigió que me lavantase. Ese desmayo tan anhelado no llegaba aunque lo que surgió fue un sonido dentro de mí, similar a una madera que se rompe. Era una vena del parietal derecho que había explotado por la tensión, provocándome una hemorragia cerebral. Con resignación y esperanza pensé que moriría desangrado en unos pocos minutos y el hijo de puta que me estaba dando acabaría de hacerlo. Pero pese a lo que creía, no me llegó la muerte sino un calor ardiente adentro. "Ya está, moriré en pocos segundos quemado, esto es la muerte ", pense ansioso de que viniera rápido. El rigor al que me estaba sometiendo ese hombre estaba clavando astillas de mis costillas en los pulmones y cortaba mi respiración hasta el punto de provocarme vómitos de bilis.

Blanco, gris, blanco azulado con mínimos puntos rojos; esa era la imagen que tenía en mi descompensada estructura cerebral. Calor ardiente y un sonido agudo, más agudo y después algo grave. Rojo con mínimos puntos azules y una raya negra. Negro. Cada vez más negro. Impacto violentísimo, furioso, con toda la ira sobre mis pulmones que supuraban un líquido putrefacto. Un bicho indescriptible que caminaba dentro de mi mente, mi abuela, mi maestra de jardín de infantes. Una mujer con puré en el zapato esperando salir a su hijo de la escuela. Ajedrez. Casi todo negro. Impacto. La muerte.