28.3.07




Incredibile Verón



Giancarlo, Ian, Yaco y Bruno, italianos, viajaron desde Milán hacia Buenos Aires. Estuvieron poco tiempo, apenas dos días. Llegaron a destino y luego se trasladaron a La Plata, Estadio Único, partido de Estudiantes contra Rosario Central, partidazo, 3 a 0. La mascota, dicen que es campeón de triatlón, para nosotros es el león que antes de todos los partidos lleva la bandera argentina y pincha; ese día mostró el trapo de los tanos: Incredibile Verón. Reconocimiento, adoración por el gran jugador. Aprecio por el líder, aquel que con la camiseta neroazurra del Inter demostró el pase preciso, la pegada justa, la belleza del toque, el tranco ágil, la posición de vanguardia, el talento genial. El conductor, el comandante, el tatuaje maradoneano en el hombro derecho con un símbolo inconfundible: alguien llamado el Che. La pelota que se deja conducir por su diestra.

Los técnicos, el Cholo y el Coco, confían en él para mandar el equipo hacia adelante. Actitud ofensiva. Juego vertical. Desconcierto de los rivales. Peligro de gol con pelota parada, con pelota en movimiento. Líder indiscutido. General, capitán.


Los tanos viajaron desde lejos para volver a verlo, para apreciarlo, aunque sea en un partido, algo más de su brillantez. Él los invitó a cenar a su casa. Gracias por venir, bienvenidos a La Plata. Vean un gran equipo: Estudiantes de la Plata, lleno de gloria, lleno de historia, el campeón argentino. Goleamos a Central y eso fue sólo una muestra. Vamos por más, sépanlo todos.


Incredibile Verón dicen desde Italia. Increíble Bruja decimos desde la hinchada. No te mueras nunca, no te lesiones, seguí jugando, dice Basile. Habilitame dice el Tanque, aconsejame dice Sosita. Sé mi amigo, mi compañero, señala Caldera. Grande Capitán, coronel, teniente de nuestro equipo.


El ejemplo, el estandarte. Verón nos mostró el camino del héroe. El que resistió la mediocridad argenta y sus insultos, y que cómo único presente posible nos dió un campeonato. En honor a su padre, como corresponde. Homenajeando a la historia y a los maestros pincharratas. En compañía de un equipo de ensueño, de sus amigos, de su familia, de su pueblo.


Desde Cerca de las Puertas, tu blog amigo, nos animamos a lanzar su candidatura a presidente del club Estudiantes de la Plata. Señor presidente, te apoyamos. Todos detrás tuyo, detrás de tu proyecto: deportivo, social, cultural y político. No hay miedo por la palabra política. Contactos con el poder, y qué.


Soñamos con campeonatos locales, Sudamericanas, Libertadores. Queremos un club en crecimiento, potente. Un club con un semillero acaudalado, con un country de avanzada, con una administración ordenada como la que vienen llevando Abadie y compañía. Con una estructura como la italiana y con una idiosincrasia nacional. Con la historia a flor de piel; los fantasmas de la historia presentes, los referentes presentes. Pasado un tiempo, unas semanas, el perdón para Palermo: volvé Martín.


Todos juntos, la gran hinchada, la número uno sin dudas y lo digo sin ruborizarme. Mi hinchada, mi lugar de pertenencia. Mística copera, protagonista de grandes hazañas. La historia ya nos reservó un lugar de privilegio, lo sabemos, todos.


Y Sebastián va a ser el futuro presidente, cuando vuelva de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010. Un club proyectado al 2050. Si señores, si amigos, hasta que seamos viejos. El grande argentino, me garco en Boca, en River y en todos los demás. Somos campeones, vamos a ser bi, y tenemos un plan. Los invito a apoyar este proyecto, sabiendo que cada uno de sus comentarios no va a ser inocente. Cerca de las Puertas, cerca de Verón.

17.3.07




Borges era su propio cuento


Publican una biografía de Borges de Edwin Williamson, titular de la Cátedra de Estudios Hispánicos en la Universidad de Oxford y Miembro del Exeter College, es uno de los hispanistas más notables, crítico de literatura latinoamericana y renombrado especialista en la obra de Cervantes.


Escribir una biografía de Borges resultó una empresa bastante ardua: una larga caza de documentos, testimonios y fuentes que duró unos nueve años: aproximadamente el doble de lo que había proyectado. Esta caza me llevó varias veces a Buenos Aires para buscar material inédito en hemerotecas y bibliotecas, y para recoger testimonios", explica Edwin Williamson en el prefacio de Borges.

Una vida, la exhaustiva biografía que edita en estos días Seix Barral. "Mi investigación", añade, "se benefició de amplias entrevistas con personas que trataron a Borges en distintos periodos: familiares, amigos, discípulos, colegas y hasta enemigos. Los datos biográficos que iba recogiendo fueron organizados según un minucioso ordenamiento cronológico de los textos borgeanos, y esta metodología me abrió la posibilidad de establecer un juego dialéctico entre experiencia y escritura, donde la una era capaz de iluminar aspectos insospechados de la otra. Esta manera de proceder producía concentraciones cronológicas de textos a veces sorprendentes, y sacaba a la luz relaciones intrigantes entre textos y vivencias o hilos intertextuales que se cruzaban y entrecruzaban a lo largo de la obra. Poco a poco fueron dibujándose los contornos de la experiencia personal de Borges, hasta que por fin fue posible tomar el pulso del 'corazón que late en la hondura' de sus textos" [...].

"Borges era un hombre que sufrió agudos conflictos internos. No obstante, se enfrentó a estas dificultades con una lucidez y un coraje realmente impresionantes. En gran medida concebía la creación literaria como un proceso de autorrealización y, de hecho, hay cierta dimensión autobiográfica en sus textos donde sondea e interroga constantemente su propia realidad psicológica. A la larga, escribir le ofreció una salida a estos conflictos: a mediados de los años sesenta, esta turbulenta lucha interna culminó en una extraordinaria liberación de las trabas y contradicciones que lo habían oprimido desde la infancia".

"Si los textos de Borges registran indirectamente los conflictos de su mundo interior, tampoco son inocentes de las realidades externas. Sorprendentemente quizá para los que quieren tener a Borges encerrado en una 'biblioteca total'; fue un intelectual público durante toda su vida. Desde un principio mostró un gran afán de protagonismo en el mundo literario, y mi estudio sigue en detalle sus aventuras en las vanguardias española y argentina. También he analizado sus creencias y actividades políticas, desde su temprana simpatía por los bolcheviques hasta su pacifismo último, pasando por su afiliación al Partido Radical, su obstinada lucha antifascista, su antiperonismo acérrimo y su apoyo a las dictaduras militares. Lo que he procurado hacer es analizar la lógica de estos cambios en el contexto de la historia argentina para llegar a comprender lo que él veía como la constancia fundamental de sus valores políticos. El hecho es que, lejos de vivir de espaldas a las grandes cuestiones de su tiempo, Borges estaba imbuido de una fuerte conciencia de la responsabilidad del escritor ante la historia: tenía un sentido muy hondo de la patria y hasta el final de su vida se comprometió con el destino de la Argentina. Por eso, aunque sus temas literarios no fueran políticos, fue un escritor engagé a su manera" [...].


Enamoramientos y frustraciones.

Probablemente, una de las características más destacadas de esta amplia biografía es la insistencia de Williamson en vincular la obra de Borges con las vicisitudes sentimentales de su vida. Enamoramientos y frustraciones se suceden con constancia, lo que a su vez se refleja con mayor o menor intensidad en sus obras.

"La partida de Norah Lange [1928] había dejado a Borges en un estado de abatimiento absoluto, y en ausencia de la amada, su sentido de la 'nadería dela personalidad' amenazaba con invadirlo una vez más. Aunque continuó con su costumbre de explorar los barrios de Buenos Aires después de su operación de la vista, ahora había un toque de desesperación en sus vagabundeos: se aventuraba enplena noche en las zonas de peor fama, lugares donde los delincuentes iban armados con cuchillos y pistolas y donde se sabía que había perros feroces que atacaban a los transeúntes. En una ocasión escapó por poco al daño corporal grave mientras caminaba con Ulyses Petit de Murat y Sixto Pondal Ríos en el Bajo de Belgrano, una zonadesagradable de criaderos y establos de caballos, refugio notorio de criminales". [...].

"Después de su rechazo definitivo por Norah Lange, Borges estaba asediado por las pesadillas y el insomnio y estuvo a punto de matarse. Trató de sobrellevar ese sufrimiento dedicándose por entero a su trabajo en Crítica. Dos cuentos que iba a publicar en Crítica nos dan cierta perspectiva sobre la gravedad de su crisis personal. Los dos fueron escritos con el seudónimo 'Alex Ander', y su estilo melodramático, crudamente escrito, es difícil de reconciliar con la elegancia de la escritura posterior de Borges, pero era consonantecon el populismo amarillista de Crítica y tiene que haberse debido en no poca medida a la angustiaextrema de su autor en ese momento" [...].

"De los treinta y siete lectores que compraron un ejemplar de Historia de la eternidad, uno fue Adolfo Bioy Casares, un aspirante a escritor. Tal era el apetito del joven por las curiosidades literarias que fue engañado por la reseña falsa de El acercamiento a Almotásim y pidió la novela inexistente a un librero de Londres. Con el tiempo, Bioy Casares se convertiría en uno de los compañeros más cercanos y leales de Borges, así como en el autor, con él, de una serie de cuentos y unos guiones cinematográficos" [...].

Crisis suicidas

"La pérdida de Haydée [en 1940, Haydée Lange, hermana de Norah y a quien cortejaba Borges, se había enamorado de otro hombre] provocó otra crisis suicida, al menos en su imaginación, porque en la misma libreta de notas en la que había compuesto Tlon, Uqbar, Orbis Tertius bosquejó el siguiente guión: después de desempeñar sus deberes como auxiliar segundo en la biblioteca del suburbio monótono de Boedo, compraba un revólver en un negocio de armas de la calle de Entre Ríos, una novela policial de Ellery Queen que ya había leído, y un pasaje de ida a Adrogué, donde se registraba en el hotel Las Delicias, bebía pero no pagaba dos o tres coñacs y después se pegaba un tiro en una de las habitaciones superiores" [...].

"Pero lo peor de todo era que un líder carismático había surgido de entre el conciliábulo de jóvenes oficiales que habían orquestado el golpe de Estadode 1943. Se trataba del coronel Juan Perón, que, como ministro de Trabajo, estaba construyendo una enorme base de apoyo apartando a los trabajadores de sus sindicatos tradicionales con una serie de medidas populistas. Perón exhibía los atributos de un Mussolini, y no podía pasar mucho tiempo sin que orquestara algún tipo de putsch que le daría el poder para convertir la Argentina en una dictadura fascista" [...].

En 1946 es elegido presidente de Argentina Juan Perón, político al que Borges detestaba profundamente. Ese mismo año escribió: "... las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, muros exornados de nombres, ceremoniasunánimes, la mera disciplina usurpando el lugar dela lucidez... Combatir esas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor. ¿Habré de recordar a lectores del Martín Fierro y de Don Segundo que el individualismo es una vieja virtud argentina?" [...].

"Fue la esposa de Bioy, Silvina Ocampo, quien expresó memorablemente la opinión imperante sobre las inclinaciones amorosas de Borges: 'Borges tiene un corazón de alcaucil. Ama a las mujeres hermosas. En especial si son feas, porque entonces puede inventarles la cara con mayor comodidad'. Silvina tenía razón sobre la cualidad imaginativa de sus encaprichamientos, pero se equivocaba si con 'corazón de alcaucil' quería decir que era incapaz de sentimiento auténtico por una mujer en particular. Las dedicatorias literarias de Borges eran muestras de amistad, sin duda sinceras, pero, por cierto, ninguna guía de la profundidad de su aprecio por la dama en cuestión. En cambio, uno debiera distinguir entre las numerosas mujeres que admiraba y otro grupo de mujeres con quienes trató de llevar adelante relaciones serias, y que le provocaron en general mucho sufrimiento" [...].

"La caída de Perón [1955], en opinión de Borges, había abierto las mejores expectativas políticas para la Argentina desde el golpe de estado que había derrocado a Yrigoyen en 1930. Otra vez podía soñar en una Argentina democrática, libre del flagelo de los caudillos. Y el hecho de que ese nuevo amanecer en la historia de la nación hubiesecoincidido con el renacer del romance con Estela Canto explicaría la euforia extraordinaria que sintió Borges ante la caída de Perón: la patria se había salvado cuando a él mismo le habían dado una oportunidad final de ser salvado. En ese raro acuerdo entre las esferas personal y pública de su vida, Borges habría tenido el presentimiento de ese estado feliz al que había aspirado a lo largo de su vida: la realización sublime del yo y su integración en la realidad del mundo".

"Borges no tuvo que esperar mucho para saborear los frutos de la victoria. A semanas de la derrota de Perón, lo nombraron director de la Biblioteca Nacional, nada menos" [...].

"Borges iba tomando conciencia del aprieto que lo acosaría como de hecho acosaría a la política argentina por el resto de su vida. Porque ¿cómo se crea una democracia cuando el sector mayor del electorado elegirá a un líder totalitario que es ideológicamente hostil a la democracia liberal? ¿Debe uno aceptar la 'voluntad del pueblo' sin tener en cuenta los principios o los valores? Borges estaba siendo llevado a una posición por la cual deseaba restaurar la democracia, pero sólo podía confiar en que una elite no representativa lo lograra. Era una contradicción, desde luego, y hay pocas dudas de que era consciente de sus implicaciones, tanto para el país como para él mismo. Perón lo estaba obligando a cuestionar la sabiduría de 'el pueblo', y eso amenazaba con poner en entredicho, si no destruir, su sueño de una Argentina democrática. Había abandonado a Estela Canto por un principio político, pero si salvar a la patria demostrara ser imposible, entonces habría sacrificado el amor por nada y habría despilfarrado la última oportunidad de hacer que su vida tuviera algún sentido" [...].

Un golpe de suerte

"La vida de Borges habría seguido por este camino penoso, de no mediar un golpe de suerte que cayó del cielo como un rayo en mayo de 1961. Estaba almorzando un domingo en la casa de Bioy Casares cuando recibió una llamada telefónica informándole de que había obtenido un premio internacional del que nunca antes había oído hablar. Al principio creyó que era una broma, pero resultó ser un premio que habían otorgado por primera vez ese año. Seis firmas editoras -Gallimard de Francia, Einaudi de Italia, Rowohlt de Alemania, la española Seix Barral, Weidenfeld y Nicolson de Londres y Grove Press de Nueva York-habían creado el Premio Internacional de los Editores, que le sería concedido a un autor 'de cualquier nacionalidad, cuya obra pueda llegar a ejercer, en opinión del jurado, una influencia perdurable sobre el desarrollo de la literatura moderna'. El ganador recibiría diez mil dólares y tendría un libro traducido y publicado en cada uno de los países representados por las editoriales patrocinadoras". [...].

"Además de componer cuentos y colaborar en escribir proyectos con amigos, tenía sus clases de anglosajón los sábados por la mañana en la Biblioteca Nacional, que seguían atrayendo a un fiel grupo de estudiantes. El año anterior, Borges había invitado a una muchacha llamada María Kodama a unirse al grupo. María había admirado a Borges desde que su padre japonés la había llevado a una de las conferencias de Borges. En esa época tenía apenas doce años, pero un amigo de la familia le había presentado después al escritor, y habían charlado sobre Alicia en el país de las maravillas, el libro favorito de ella. Borges había olvidado aquel primer encuentro, pero unos años después, cuando María era estudiante en la Universidad de Buenos Aires, se anotó en la clase de Borges sobre épica, tema que la había fascinado desde que su padre le hablara sobre los cuentos de los samuráis" [...].

"Borges estaba bastante impresionado por esa muchacha medio japonesa, cuya belleza frágil la hacía parecer aún más joven de lo que era. Además, tenía una conducta amable, respetuosa, modesta. En una época de turbulencia emocional secreta para él, ella tiene que haber sido una presencia tranquilizadora, y podía pasarse el tiempo haciendo lo que más le gustaba: explayándose sin fin sobre temas literarios mientras María estaba pendiente de cada palabra, sin creer casi que se le hubiera acordado el privilegio de escuchar la sabiduría de su admirado maestro. Predeciblemente, no pasó mucho tiempo sin que su amistad en ciernes con la muchacha se convirtiera en algo más intenso, aunque era difícil definir a esa altura qué era lo que realmente sentía por ella" [...].

En 1971, y tras una serie de conferencias en Estados Unidos, "voló a Islandia el 13 de abril con Di Giovanni y su esposa, visita que iba a describir como 'la mayor revelación de mi vida" [...].

'Una especie de éxtasis'

"Cuando llegó a Islandia, donde María lo estaba esperando, sintió 'una especie de éxtasis'; era un 'sueño hecho realidad' . Quedó impresionado por el paisaje desierto de volcanes cubiertos de nieve y géiseres humeantes. Hubo visitas al Althing, donde vio los restos del Parlamento medieval de jefes tribales, y a la casa de Snorri Sturluson en Borgafjord, así como también a otros lugares históricos, y mientras iba de un lugar a otro, recitando sus pasajes favoritos de las grandes sagas nórdicas, se conmovió hasta las lágrimas por la emoción de todo aquello" [...].

"Fue en ese estado de intensa emoción que reunió el coraje de declararle sus sentimientos a María, y ella contestó a su vez reconociendo que lo de ella era más que una amistad, era amor. Borges entonces le confesó a María que se sentía como si hubiera estado esperándola toda la vida, y fue en el contexto de un sueño de larga data hecho realidad donde concibió la idea para un cuento que, como le dijo a María en Islandia en esa época, se proponía dedicarle alguna vez. El germen de ese cuento era un encuentro entre un hombre mayor y una mujer joven que le recuerda a una muchacha que lo había rechazado en su juventud; mientras le hace el amor a la mujer, siente que el recuerdo del amor anterior, no correspondido, por fin queda borrado" [...].

"Desde 1976, cuando declaró su apoyo al general Videla e hizo su famosa visita a Chile, Borges se había apartado en general de la política y se había preocupado cada vez más de asuntos personales: su búsqueda de una nueva comprensión del amor, y las ansiedades sobre la enfermedad y la muerte que precedieron su visita a Japón. Esa absorción en sí mismo, sin embargo, coincidió con los peores años del conflicto entre las fuerzas armadas y los poderosos ejércitos guerrilleros de los Montoneros y el ERP" [...].

"El 13 de junio [1986], María llamó a un amigo de los dos, el escritor francoargentino Héctor Bianciotti, editor de Borges en Gallimard, quien viajó a Ginebra desde París el mismo día. Esa noche se sentó junto al lecho de Borges mientras María descansaba un poco. Borges había entrado en coma, y en las primeras horas de la mañana, Bianciotti notó que su respiración, que había sidoregular durante las últimas diez horas, o más, parecía apagarse. Llamó a María, y ella se sentó junto a Borges. Estuvo junto a él cuando, por fin,él se fue, con su mano en la de ella, hacia el amanecer del sábado 14 de junio".


Por Edwin Williamson

Fuente: diario "El País" de Madrid

Más información: www.elpais.es

13.3.07


El dilema de Martín

Llegó ese día, el que estaba esperando. Medio diciembre, todo enero, febrero y algo de marzo esperó para tomarse su ansiada revancha. Y le salió bien. Vacunó con tres. Y no los gritó, aunque lo disimuló. Y se le escapó una sonrisa cómplice con su amigo Riquelme. Y no saludó a la Bruja, tampoco a la hinchada pincha, y sí a la 12.
Goleador de raza, indiscutible. De aquellos que si te descuidás la tenés que ir a buscar a la red, una y otra vez. Encima lo marcaba Casierra, que fue débil ante su furia, su voracidad animal. El suplente de Domínguez, Mosquera, pudo hacer poco y nada. Te extrañamos Tano; tanto.
Su rencor lo pude percibir desde el pasillo 26 de la platea en la que estaba. Se sentía, se olía como esas feromonas que segregan las fieras cuando van a matar. Un recibimiento tibio por cortesía, por alguien que quisimos: nos alegramos con él, nos levantamos a las 6 de la mañana y festejamos aquellos dos goles al Madrid, sufrimos cuando erró los tres penales con la celeste y blanca, mucha emoción con ese zapatazo a River en la Libertadores, gozamos con el beso a los botines rojos.
Nadie entendió su reacción en la final del año pasado, o sí. Una amistad rota de años con su íntimo amigo de la infancia. ¿Qué pasó? ¿Fue para tanto? El show mediático rinde, cotiza. Y el tipo se enganchó. Se sabe que varios en el entorno quisieron armar la línea de reencuentro, pero no se pudo. Algo se quebró.
Y la hinchada, cuando terminó el partido que perdimos preocupantemente contra Boca, quedó dolida. Y lo reputeó. Envenenados durante media hora esperando a que los bosteros se volvieran, se escuchaban los comentarios en su contra: "mejor, así no vuelve", "tapa a los pibes que vienen de abajo". Hay bronca porque Palermo es más de Boca que de Estudiantes, porque es más amigo de Riquelme y del Mellizo que de Sebastián y de Caldera, porque prefiere morir con la azul y oro que con la rojiblanca.
El tipo es un ídolo, se sabe. Es una estrella, el máximo goleador en actividad, el optimista del gol. Es archirreconocido, acá y en el mundo. Los de Boca lo quieren y ya se animan a pedirlo para la Selección. Ellos están felices, le ganaron a Estudiantes, el equipo que les amargó el año pasado, el que le robó el tricampeonato tan ansiado, lo que tenían consigo y se esfumó. Nos ganaron, y su fiesta fue total porque los tres goles los hizo el Nueve, que lo disfrutó como nunca, y el Pincha fue un manojo de nervios, empezando por su capitán.
Dos realidades, una la de diciembre, y esta que es expuesta por los medios como una revancha, como el regreso del ángel caído. Fiesta y alegría para los bosteros que se volvieron a La Boca cantando y saltando. Repito: Martín ídolo indiscutido, tiene todo lo que un jugador de fútbol puede desear. Pero hay algo que él desea por sobre todas las cosas y que perdió, pienso yo, para siempre: el amor pincharrata. Abandonó a la familia, algo se cortó y se notó en la noche del sábado en el Estadio Único. Esos silbidos, agudos, eran más que reprobación: había un dolor grande.
Perdimos pero la Bruja es más ídolo que nunca, tan familia como siempre. Perdimos pero Caldera sigue siendo el patriarca. Perdimos pero el Tanque es el hijo pródigo que algún día se irá pero al que vamos a esperar con los brazos abiertos. Lo mismo con Sosita. Perdimos pero tenemos la certeza que hay un semillero inagotable.
Y el recuerdo a nuestros artilleros, temibles, implacables. Los de siempre: Los Profesores, Pelegrina, Infante, Laferrara, Verón padre, el Bocha Flores, Galetti padre, Fortunato, Trama, Gurrieri, Gottardi. Los de ahora: primero Caldera; luego Romeo, Galetti hijo, el Tecla, el Tanque, el Lechuga, Lugüercio. Me acuerdo de tipos como el Tano Piersimone, Poroto Russo. De las promesas de gol: Pirchio, Piatti, Caballero.
La lista es larga y está colmada de apellidos ilustres. Lamentablemente Martín ya no pertenece a ella. No es más de los nuestros y un gran dolor nos llena porque nos abandonó uno de los más queridos. Su discurso se agotó, su recorrida mediática también. El show de víctima por perder una final de fútbol lo llevó a tirarse contra nuestro ídolo, y lo peor de todo: no aceptar el perdón. Se enfrentó a un dilema: la fama, el reconocimiento y el poder, o el calor de su cuna. Nos clavó tres goles, se río, se abrazó con Riquelme y nos dió vuelta la cara.

3.3.07

El deber de señalarlo

Faltan tres minutos y no hay mucho por escribir, tampoco para analizar ni para meter el dedo en la llaga. Sí, deberíamos tomarnos un tiempo para lamentarnos, para preocuparnos. Son puntos perdidos muy importantes. El equipo parece perdido: el ejemplo es Pavone. ¿Dónde está aquel Tanque que cuando ponía tercera hacía temblar a los defensores rivales?

Quise convencerme de que la ida de Galván la íbamos a poder suplantar con la llegada de un tipo dinámico como Vázquez o con la elegancia del Chino Benítez. Pero pasados ya cuatro partidos la ausencia de la Pantera se extraña muchísimo mientras River disfruta de un jugador que -siempre lo pensé- debería vestir alguna vez la celeste y blanca.

Es justo decir que tampoco jugaron las figuras clave del equipo en este campeonato: Verón y Braña. Pero siempre nos jactamos de tener un juego de equipo, estructurado, en donde las piezas son funcionales según su interrelación con el...Goooooooool de Caldera carajo!!!!!!


Sonrisas

El abrazo con el Cholo, esa carrerita sonriendo, rien-do, después de hacer un gol para el premio Chamigo, Gar-barino, Albalatex. Un tipo de 36 años que cada día que pasa es más sabio, un tiro picado por arriba del que dicen que es uno de los mejores arqueros argentinos: lo dejó tumbado boca arriba cuando el reloj marcaba el último minuto de descuento. Es el tipo que sabe que el único disparo posible era ése y que había que hacerlo con maestría.

Son tres puntos de oro, son puntazos que llenan de alegría los corazones de todos los hinchas. Es recuperar terreno perdido y eso es buenísimo. Es llegar enterísimos para el partido contra los bosteros y con el aliciente de la vuelta de nuestros estandartes. La superrevancha está a la vista, ellos tienen toda la leche del mundo y nos van a querer romper la racha que aumenta a diecisiete invictos y también la imbatibilidad que ostentamos en el Único. Alegría, entrenamiento, pero muchísima reflexión.

La nota queda así, con una edición muy bizarra, primaria. La quise dejar como está, quedan las huellas de mi escritura. Un blogger frío, analítico, que busca objetivizar la realidad; esta vez muestro visceras, lo que no exhibo en mi producción, muestro mi desánimo, mi mirada crítica, y luego un poco de optimismo que regresa. Un cambio abrupto.
Permanecen, sí, las mismas apreciaciones. La preocupación está, la falta de juego sigue. Lo que dije del Tanque no lo borro. El equipo claramente no es el mismo del campeonato pasado y hay que encontrarlo. Es tarea del Cholo y de todo el cuerpo técnico. Se suman la inteligencia y la conducción de la Bruja, el consejo de Caldera, los huevos del Chapu y la bronca de Pavone que tiene que reaparecer. Todos lo conocemos, sabemos que es una lagunita y el animal del gol va a resurgir con máxima voracidad. Lo digo y espero que al final del campeonato deba tragarme mis palabras: el Chino no me convence. Aporta infinito Dominguez, estamos en presencia de un gladiador, fue uno de los mejores en este partido. Sosita está perdonado. Y Piatti ya tiene su lugar asegurado, quedate mucho tiempo con nostros pibe.

Por ahora a festejar, esa alegría final la merecíamos y Caldera nos la regaló. Gracias campeón. Felicidad, festejos moderados y a pensar. Esos bosteros nos buscan, démosle lo que se merecen.