5.11.07


Lo que somos

Casi nada quedó luego del pitazo final de Baldassi, algunas imágenes tan sólo; abrazos y felicidad por un lado e impotencia por otro. Escenas repetidas como en una película sin fin, sin escapatoria en donde las cosas suceden una y otra vez. Nos quedamos mirando sabiendo que ya estaba hecho todo, como intentando sorprendernos aunque la sorpresa hace rato que la perdimos. Sabemos lo que pasó y lo que pasará, sabemos lo que somos y lo que son. Luego de siete goles y de darlo vuelta con uno menos ya no queda nada que esperar, ni que sentir; sólo entregarse a la contemplación de la inmensidad. La historia se repitió y está bien.

Del otro lado se escuchan ecos, cuchicheos ponzoñosos llenos de impotencia y envidia, explicaciones fútiles, apelaciones al absurdo. No quisiera detenerme en el festival de pavadas que aparece cada vez que ellos pierden aunque debo confesar que me divierte verlos cocinarse en su propio odio. Mediocridad de su lado, insignificancia, mezquindad, imperfección, todos calificativos que apenas describen su realidad. Se pelean, acusan a su jugador 8 (Leguizamongui, un highlight), lloran, se revuelcan, y se van preparando para abandonar nuevamente en el próximo clásico.

Después de un día del partido y de haber leído los diferentes post de nuestros bloggers pinchas considero que no hay mucho más que decir sin caer en el lugar común. Permítanme hacerlo siquiera por esta vez. Decir por enésima vez que Verón es inmenso, más que un jugador, un héroe histórico como no lo hay en la narrativa contemporánea argentina. Su sola presencia es el hecho y hasta un subnormal se daría cuenta de que los de blanco con la franja azul eran los actores secundarios. Ocupa el centro por peso propio, va hacia adelante y mete miedo. Aún en una gamba es significativo.

Su abrazo con el Cholo nos alegró muchísimo, es el sello de una tregua fundamental que nos predispone a todos en vistas de 2008. No son amigos y es sabido, aunque están unidos por una simbiosis intrínseca. Se necesitan, se complementan, se buscan, se quieren a su modo. Sebastián ama los colores y le abrió a Diego las puertas de la familia, él con humildad aceptó y ya forma parte de nuestra historia de oro. Esta sociedad es fundamental y debe fortalcerse para que el equipo siga con los dientes afilados. Atención ahí muchachos: entre ustedes dos está la clave de lo que pueda suceder en el futuro.

Para el resto del equipo tampoco tengo palabras originales. Los homenajes se suceden uno tras a todo, nadie defraudó. Dicen que el resultado pudo haber variado pero se ganó y no es casualidad, el hecho de haber puesto tanto huevo, de sentir tanto la camiseta hizo que el devenir fuese una acción lógica. Aún con la expulsión del Flaco Alayes el partido fue nuestro. Dos figuras: Andújar y Salgueiro. Del arquero se habla y se hablará en estas semanas y Basile ya tomó nota de que está entre los mejores, nosotros ya lo sabíamos desde que le sacó el puesto a Herrera; demostró que tiene la mística del león. El uruguayo llegó en silencio y se mostró nada menos que en el clásico, lo querían los otros y el destino decidió que fuera al equipo grande de la ciudad: inapelable. No creo en el azar, o sí, pero hay algo en él que me da confianza, tiene la 7 heredada de Sosita, número místico y gol de caño. En un partido de Libertadores te puede salvar, es pincha no lo duden.

El año ya termina y estamos bien, tranquilos, en paz. Ganamos el pertido que teníamos que ganar y sonreímos. El desafío, lo sabemos, es el año que viene. La próxima batalla es de los dirigentes, espero que la Bruja nos acompañe un año más: no lo dejen ir porque será su responsabilidad, como lo es el que se haya ido Caldera. El Cholo también debe quedarse a toda costa. El equipo adelante, el esfuerzo, la disciplina, la planificación, el orden, la táctica, la mística y el bidón como heráldica. Así como lo fue en el Apertura 06 lo será el próximo año.

Nosotros aguantando, como siempre. Juntos, sintiendo eso que nos une. Contemplamos en silencio un saber profundo y nos acercamos a sus puertas. Estamos cerca, lo sabemos.


4.11.07


Una verdad luminosa

Faltan horas para un nuevo clásico e invaden los recuerdos. Me importa estar en estos momentos, hacerme presente, aportar al estado de masa incandescente en estado de vigilia. Tratar de ser uno más si es posible, uno más que vela las armas y que se concentra para una batalla a todo o nada. El absoluto se dirime en 90 minutos: ganamos, humillamos, hundimos la daga hasta el fondo, volvimos diezmados y gritamos eufóricos mientras ellos nuevamente lloraban contra el pasto. La rueda dio otra vuelta y ese dios infinito llamado tiempo nos pone otra vez ante la instancia de enfrentarlos. ¿Qué más hay que demostrar?, pareciera que nada y sin embargo hay que jugarles. Es la hermosa imperfección del héroe, transitamos en busca de la puerta que nos abra el camino a la totalidad. Y estamos cerca. Y mientras tanto nos tenemos que preparar para la guerra. Hay que golpearlos, bajarlos, herirlos, hundirlos, cortarlos; no dejar que pasen, ni que jueguen, ni que toquen. Volverles a ganar y que la diferencia se estire a 4, que lloren, sufran y no salgan de sus casas por un tiempo. Y que flamee la bandera rojiblanca en La Plata, y en Capital, en todas las provincias argentinas, en otros países y en recónditas ciudades del mundo. Que los diarios y los medios planetarios amanezcan con la noticia que una vez más el universo ordenó sus astros para que una verdad luminosa pueda exhibirse; es lo específico, lo natural, lo trascendente: Estudiantes de la Plata es mítico y los otros son un equipito que no tiene nada para contar, sólo son dos veces al año y es cada vez que juegan con nosotros. Ellos apenas tienen uno y otro fracaso y algún arrugue en el baño, más allá de eso no hay historia.

Siento ahora mismo esa energía en el cuerpo y deseos oscuros. Deseo su mal y percibo cierta incongruencia. ¿Cómo puede ser que si nos encaminamos a un camino de sabiduría guerrera nos vaya ganando el odio hacia otros que no valen 2 mangos? No lo sé, busco una justificación y no la encuentro, pero sé que no quiero evitar que mis pupilas se enrojezcan de ira, que mi corazón palpite a mil y que disfrute con otro duro impacto de la Bruja en el cuerpo de Ormeño. Abandono la corrección, hoy soy uno más, una animal salvaje que se une a su manada y que libera su instinto.

Querido Pincha: regalame otro triunfo, a mí y a toda la hinchada, a los muchachos, a mi viejo que lo va a ver desde la clínica, a mi hija, a los ángeles pinchas que pululan y nos acompañan, al Ruso, a mi abuela, a Caldera. Lo vamos a disfrutar tanto, lo necesitamos tanto.