5.2.09


La Libertadores la juega papá

No le falles a tu gente, cantaba la hinchada, no seas amargo como es Independiente, aprovechando la rima seguían. Yo soy así, al Pincha yo lo quiero, vamo a matá a todo lo trip*ro. El post hoy es un relato desde adentro, perdón, tardé 2 días pero la resaca me pudo.

Lo prometido es deuda y si hay una cosa en la que no hay que defraudar es en esta. Cumplí, 4 de febrero y yo ahí en la revancha contra los peruanos en el Ciudad de La Plata. Llegué a las 6 y media a la cancha sin entrada, el único hueco que conseguí a esa hora fue en la popular Sur. La gente a mi alrededor cantaba, un grupo de minitas cantaba sin parar, chiflaba y saltaba. Al toque anunciaron a los jugadores y la ovación habitual a la Bruja, los brazos en alto y esta vez sentí que su saludo no me tocaba como en otras oportunidades. Evidentemente el tuco estaba en la popular de enfrente.

El primer tiempo pasó sin mucha pena ni gloria. Yo ahí, al lado de uno que se la pasó puteando a Matías Sánchez -para mí no fue para tanto, le tengo fe al pibe-, otro estaba al lado de su vieja vaticinando que en cualquier momento el referi cobraba un penal para nosotros porque el brasuca era "muy localista". Unos muñecos de adelante no habían sido captados por la campaña del AF porque gritaron dos goles antes. Da bronca, te entiendo LH. No más que eso, en el entretiempo un baño urgente para descargar porque las Quilmes que me había tomado en la previa se empezaban a hacer sentir.

La popu Sur no me llamaba, la de enfrente parecía brillante. Gloriosa, exultante, cantaba y cantaba. Con vientos, percusión, un colorido atrapante. Banderas de todos lados, 7-0 aquí y allá, marca posmoderna. A la salida del baño vislumbro un grupito chamuyándose al rati de la puerta para que los dejara pasar, obvio que me sumé porque no me quería perder el segundo tiempo desde la hinchada, además sabía que un gol iba a llegar y lo quería festejar ahí.

No fue difícil convencerlo, recordé cuando mis alumnos me rompen los huevos para irse 10 minutos antes de clase, pasamos a la popu y ya el olor era otro. Mucho porro, mezclado con humo de paty. El estrato social era distinto, las chicas igual de lindas (eso es un distintivo de nuestra institución), pero más de barrio, más marginales. El nerviosismo era la sensación compartida por todos, cuándo llegará el gol era lo que todos nos preguntábamos. Me mandé ahí adonde estaban los monos de la hinchada. Al toque me vino toda la raigambre bidonista, cabul*ra, a la cabeza: si las cosas andan bien así por qué innovar, un nuevo podía significar peligro. Y un gordo enorme me lo hizo saber con su mirada. Qué hacés acá pibe, me decían sus ojos. Yo a cumplir como soldado, me canté la vida y me salté todo. Aún, lo confieso, algunas canciones que no sabía del todo.

Flasheaba y disfrutaba mucho ese momento, sólo faltaba ganar para que fuera perfecto. Era perfecto o fatídico. Volver a Capital con un empate hubiese sido letal. No se porque pero en un momento pensé que Angeleri sería el goleador. La Gata me exasperaba como siempre. Salgueiro a veces me entusiasma y otras me aburre, el partido del miércoles fue lo segundo. Calderón, Calderón, Calderón, Calderón, Calderón, Calderón; y Astrada obediente lo hizo entrar. No saben como se puso el área de los peruanos: caliente. Hablé mucho de Caldera, a esta altura y teniendo en cuenta la tonalidad veraniega del post, la calificación que le toca es la de Viejo Maestro. Mucha sapiencia, ¿saben qué? lo quiero como técnico y voy a romper las pelotas desde acá para que eso pase. Para mediados de año podría ser una buena opción para cuando Astrada se vaya (eso espero).

Estar en la hinchada fue increible, mucha fiesta, nervios contenidos esperando la combustión necesaria para explotar y eso llegó con el cabezazo de Lentini. Gracias Negro, te debemos tanto . Nos abrazamos con todos, qué suerte, lo puedo gritar: ¡¡¡no soy fi*rro!!! Cuánta felicidad, cuánta emoción, hermandad en estado puro, algo irrepetible. Enseguida se redobló la fiesta y el recuerdo a los tristes, el 7-0, nosotros a la Libertadores y ellos a la B. Muchas canciones que apenas alcanzo a recordar.

Lo primero que hizo Kiki cuando llegué a casa fue abrazarme, ella también cumplió, lo vio desde su sillita blanca tratándome de encontrar entre los hinchas. Ganamos papi, me dijo, y se me cayeron los calzones de la emoción. Después me pidió que le enseñara las canciones, sobre todo las que tenían malas palabras (ja)Era casi la 1, Vale se iba a dormir, yo todo casancio, pero igual estábamos juntos cantando: "La banda está loca, quiere festejar, lo sigue a Estudiantes a donde va, los putos del l*bo se quieren matar, la Libertadores la juega papá".