12.4.08


El beso

No tengo el dato certero, no lo ví ni lo tengo archivado, pero escuché alguna vez por ahí a algunos de la contra puteando contra su ídolo el Mellizo por haberse besado la camiseta de Boca después de un gol. No lo sé, pudo haber pasado. Palermo casi ni puede disimular su preferencia bostera, nos mete goles y su mueca de felicidad se le cuela entre los dientes por más que intente cerrarlos. Dice que quiere terminar su carrera ahí, que quiere ser su máximo goleador, quiere formar parte de su historia, pero creo que nunca se le ocurriría la herejía de besarse la azul y amarilla. No podría volver jamás a La Plata.

¿Qué significa ése gesto? Un beso, un beso a la camiseta después de un gol. Estamos hablando de un momento especial, queda claro que no puede tratarse de cualquier gol ni de cualquier partido. Debe ser un momento importante, crucial, determinante. Un beso a la camiseta es una marca de fuego, es un código que en el mundo del fútbol transmite un mensaje unívoco. Es pertenencia, es identidad.

Ayer la Bruja hizo una demostración pública. Volvió; metió y jugó como siempre. Pateó, probó y exigió más que nunca. Clavó un golazo de media distancia como de costumbre. Chiquito Bossio extendió su enorme humanidad y no llegó a desviar el certero zapatazo. La red se infló y acto seguido estalló la fiesta en todas partes. Abrazos entre todos los jugadores y ya en soledad el rito, la sacralización del momento: el beso entre Verón y la camiseta. Unión mística por excelencia.

En el post anterior decía que el empate contra Arsenal servía, ayer contra Lanús no. No porque las condiciones fueron distintas, fuimos locales, tuvimos muchísimas oportunidades de gol y no las aprovechamos (cosa que es una luz de alerta para el futuro). Un sólo punto hubiera sido poco, por todo lo dicho y porque River se escaparía para el campeonato. Y todos sabemos, estamos con la Copa y es nuestra responsabilidad histórica, pero no podemos dejar que el River de Simeone se quede con el Clausura 08.

Hoy Olé tituló su tapa Volvió el General. La metáfora militar es válida, aquí muchas veces nos referimos a Sebastián como el Comandante. Es el líder de un grupo que funciona como milicia, por una cuestión de valores prefiero ese término al de ejército. Es una milicia subversiva con empuje físico, que hace un culto de la resistencia, con disciplina y convencimiento se mete en la pelea de los grandes y parece disputar un premio que de antemano tiene un destinado gallináceo. Cuatro años sin títulos de ninguna naturaleza es demasiado para River. Quilombos internos en la hinchada, fraudes en los pases de jugadores, usurpación de técnico ajeno, e irregularidades de todo tipo pasadas por alto confirman una connivencia con la AFA que a esta altura es escandalosa.

El esplendor de Estudiantes se demuestra en el valor de sus hombres. El heroísmo colectivo del Comandante Verón y sus guerreros son el cabo suelto de la estructura. Parece todo planeado para que las cosas sigan su curso, pero nuestra trinchera hace arder su fuego todavía. Y lo sabemos, lo sentimos, ellos nos temen.

El gol, el gesto, el rito sacralizado, el momento. El beso de la camiseta rojiblanca y el ascenso a la Dimensión Pincha. Seguimos Cerca de las Puertas.

2 comments:

Anonymous said...

me encanta el blog recien lo conozco

larecodetuma said...

Un saludo, y actualice, amigo!