29.2.08


Banca

La línea se desvía. El argumento flaquea. La postura es irreversible, no hay vuelta atrás. La realidad a veces nos obliga a hacer mil piruetas para quedar en el mismo lugar. Somos insólitos, somos muñecos maleables. Vulnerables. No soportamos la propia contradicción y debemos convivir con ella. Empatamos contra Lanús y nos cuesta aceptarlo.

La Libertadores nos está haciendo sentir su rigor, como siempre lo hizo, no sé de qué nos asombramos. A Uruguay vamos a ir a batallar, pero antes tenemos que superar los mil y un problemas para llegar a la cancha. La legión que acompaña, que brinda su aliento encandescente para llegar a la meta transitoria. Pasar. Pasar, pasamos. Eso seguro. Pasar el piquete y pasar de ronda. Tantos escollos.

Todo por un equipo que se vuelve una narración insondable, infinita. Un eco que proviene desde no sabemos donde. Y nosotros estamos aquí, dispuestos. Algunos pelean, no se encuentran a sí mismos y echan insultos al aire, son débiles y son proclives a caer. Muchos otros se mantienen, tratan de contener la estructura que va y no se detiene. Un equipo y el asombro permanente que viaja junto a todos nosotros. Verón es nuestro, por suerte. Es el capitán, el líder, el comandante: el que decide, el que pone, el que abre; juega, mete y espera a todos para retirarse de la cancha con la victoria. Repito: un equipo que asombra. Hay una historia infinita en cada jugador, muchas veces sus nombres fueron escritos en este blog con la impronta de la gloria de los héroes. La batalla épica que nos sienta tan bien.

Por eso digo que hay que estar dispuestos, preparados, prestos para dejar la vida en el partido final, que es el partido copero, el partido en donde hay que desgarrarse las tripas para volver decentes a La Plata. Este equipo puede y desde Cerca de las Puertas lo bancamos a morir. Bancamos al equipo y a todos sus lastres, si los tuviera. A Sensini le decimos que lo bancamos aunque a veces no entendamos del todo sus decisiones. A todos les decimos que vamos a estar, ahí, en estado místico, siendo uno más que ofrece todo para volver y continuar en el camino.

A los críticos, a los desilusionados les decimos que crean - el viento del Cholo que todavía resuena- este equipo es de otras dimensiones, juega en otras constelaciones. A todos les gritamos, les enrrostramos: Estudiantes de la Plata tiene una historia particular, individual, conocemos la gloria, la palpamos, vivimos en ella. Hay una estirpe que reluce, brilla en el momento preciso, aparece cuando debe. Las cosas en su estricto orden. A los otros, a las ratas que se regocijan con nuestro desdén, a esos les decimos que no festejen a cuenta. Eso ya lo saben, tiemblan, saben que el pincha va a dar el combate final.

Saben, lo sabemos. Como siempre vamos a estar ahí, lo vamos a ver, a compartir y ellos lo van a sufrir. Vamos a estar en Uruguay, juntos, Cerca de las Puertas.

23.2.08


Los cabos sueltos y el equipo

Las preguntas son ¿sirve Benítez?, ¿sirve Maggiolo? Se impone el análisis sobre la reacción. El equipo toma vuelo y ante algunos desajustes la barbarie nos cae encima. Muertos, fiambres y otros insultos por el estilo se escucharon luego de la derrota con Cuenca; se insistió con lo mismo en Jujuy pese a que ganamos e, increiblemente, ayer también ante la goleada a Newells. Cambio la pregunta ¿sirve esa gente? No. No porque el valor superlativo que tenemos hoy es la solidez, por sobre todas las cosas. Y eso significa unidad, casi uniformidad. Las disidencias no tienen lugar, todos tenemos que ir para adelante sin chistar. No tiene ningún sentido putear jugadores de tu mismo club, tan sólo es una descarga individual que repercute negativamente en todo el conjunto. Sabemos que el camino es complejo y hay que minimizar los errores, esa gente significa cabos sueltos que hay que anular.

Algunos argumentan que la función del hincha es vomitar todo lo que siente. No lo creo, eso dejémoslo para la loca 22. Ellos y su frustración, ellos y su impotencia, ellos y sus negaciones; imitarlos sería un suicidio. Nosotros somos vanguardia, somos resistencia, no podemos inmolarnos porque un jugador la tiró al palo u otro entró en una laguna. El debate interno queda abierto, hay espacios determinados para ese fin, pero también hay códigos que nos identifican como un nosotros. Si ese nosotros se agrieta, si la roca granítica se empieza a fisurar, las luces de alarma se encenderán y los objetivos en común se alejarán. Hoy el técnico, guste o no, es Sensini. Hasta ahora me gusta, encaja en la maquinaria de relojería que hoy es Estudiantes, es justo lo que necesitábamos luego del trauma Simeone. Acierto de la Bruja, y de Abadie.

Ahora, si vamos a valorar el juego de Maggiolo y Benítez no hay mucho para decir. Todavía estamos educados en el pensamiento en palabras y poco sabemos del visual. Sólo basta verlos jugar, esa es la argumentación valedera. El Lechuga cumple con lo que debe hacer un jugador, mete goles. Y el Chino hace jugar al equipo con su pegada precisa, es un complemento importante para la Bruja. Es cierto que a veces se desconecta, acá muchas veces lo señalamos, pero cuando se prende te pone un pase gol como el de ayer a Piatti. Repito, la decisión definitiva es del técnico y hasta ahora los resultados lo bancan. Pongo un ejemplo: antes de la pretemporada me ilusioné con la entrada de Wilchez y Pérez y no podía entender como lo ponía de titular a Salgueiro. Ojo que el uruguayo siempre me cayó bien, y más después del gol a los tristeros, pero en estos tres partidos que jugó la descosió y me hizo entender y valorar los motivos de Boquita.

Los que todavía no tuvieron muchas horas de vuelo no tienen que desesperarse, paciencia. Este año vamos a tener muchos partidos, van a haber oportunidades para todos, necesitaremos de todos. Las variantes son múltiples y las posibilidades de acomodarse a distintos esquemas de juego también. Eso da aire para las aspiraciones de pelear los dos frentes hasta el final. Hay dos equipos bien armados y con la llegada de Cellay haríamos bingo.

El último párrafo es para Pablito Piatti. Alguna vez le dedicamos un post entero, aquel 18 de noviembre cuando a pura mística le ganamos a la lepra en el glorioso Apertura 06. Ayer el Plumero jugó como para estar en el top five del mundo. Goleador, desbordante, encarador, de lujos con caño incluido al mala leche de Schiavi. Los equipos potencia en el mundo ya se fijaron en él y muchos se preguntan cuánto vale. No tiene precio y por eso es impensable venderlo en el corto plazo. No tiene techo y tiene destino de selección, tranquilamente podría ser goleador del torneo. Hoy Cielosports se equivoca feo al afirmar que la única mancha de este equipo es la sombra que le está haciendo Piatti a Verón dentro del grupo y de la cancha. Todo lo contrario, junto a la Bruja va a explotar como lo hizo Messi en la selección. Maestro y discípulo, dos cracks con la marca indeleble de la mística pincha.

12.2.08


Es identidad

Se lo contaba en la cocina, mientras tomaba un mate cocido. Le decía lo importante que era y la historia que tiene. Que son cuarenta años de historia, muchas alegrías, emociones, vueltas olímpicas. Que la ganaron los grandes, los maestros, los padres y ahora la están jugando los hijos. Le conté que una vez casi rompo una lámpara de mi vieja casa de la calle Azcuénaga cuando salté para festejar el empate 3 a 3 con Gremio, yo tendría unos 10 años pero era tan fanático como ahora. No me olvidé de recalcarle que Sebastián dejó todo para jugarla, que vino a comandar el equipo y que la deuda quedaba pendiente desde aquella noche negra en San Pablo. Es una Copa, le dije, pero también es identidad; en esos metales forjados con la mística de guerreros ancestrales está consolidada nuestra esencia. La juegan muchos equipos argentinos pero la cita es sólo con nosotros. Territorios ásperos, batallas épicas, los rivales que son enemigos, pisalo pisalo y el bidón como una heráldica imborrable. Le advertí que teníamos que estar preparados, juntos para aguantar a los jugadores. Nosotros y muchísimos más en Capital, la mayoría en La Plata y millones desperdigados por el planeta con el mismo objetivo: sostener el aura de un equipo que es mítico.

Ella me miraba, no me interrumpía, sus ojazos enormes bien abiertos denotaban que sabía que le estaba hablando de algo fundamental para su vida. Mi hija tiene tres años pero ya sabe de qué se trata la Copa Libertadores. En unas horas Estudiantes debuta contra Cuenca en Ecuador y vamos a estar cerca, Cerca de las Puertas.